Estando estos días inmersos en los preparativos de la feria y fiestas en honor a nuestra patrona, se me encogía el corazón cada vez que escuchaba cómo media España ardía con fuegos devastadores que iban dejando tras de sí un rastro de dolor y desolación. Me inundaba la tristeza y no podía dejar de pensar en otros que, hace unos meses, sufrieron consecuencias parecidas, pero esta vez con el ciclón llamado DANA, y en aquella ocasión el culpable fue el agua.
Mientras lo rezaba, pensaba en las consecuencias para estas pobres gentes y pedía que el Espíritu Santo, con toda su fuerza, las inundara de paz y paciencia en estos momentos tan difíciles.
A todo ello se unía que eran muchos los que, este mes de agosto, celebraban las diferentes fiestas en honor a la Virgen María, viviendo en sus pueblos las fiestas patronales que los acercan al ocio con la excusa de vivir con devoción y fervor a sus diferentes imágenes. De esta manera me interpelaba: qué bien estaría que ese fuego que devora bosques y casas habitara en el corazón de cada uno de nosotros, y que lo único que ardiera fuera ese AMOR incombustible a MARÍA, como MADRE y guía nuestra, que habita en nuestro corazón y que solo ella nos da la LUZ que necesitamos.
El fuego de María es un fuego vivo, con una llama ardiente que nos arrasa pero no nos quema, que no produce cenizas porque siempre quedan rescoldos donde algún hermano, con su vela, vuelve a encender ese fuego que necesita tu corazón y que se convierte en el motor de tu vida.
Vive estas fiestas con intensidad. Sé “bombero”, pero para apagar la hipocresía, la mediocridad, el egocentrismo y todo aquello que no te deja acercarte a María como madre y protectora. No te dejes llevar por las luces y farolillos, porque puede venir un “apagón” y entonces comprenderás que la única llama será la que salga de tu corazón.
Os deseo unas felices fiestas. Que nuestra patrona, la Santísima Virgen de las Viñas, siga extendiendo su manto para protegernos a nosotros y a nuestros campos, que son fuente de nuestro alimento terrenal y sostén de muchas familias. Que su intercesión nos permita vivir con salud y alegría estos días dedicados especialmente a ella, pero, sobre todo, que la vela que enciende nuestro amor mantenga siempre encendida la llama de su AMOR.
Permitidme este último párrafo para dedicárselo a Tinete, fallecido recientemente, gran devoto de nuestra patrona, que sé que leía las cosas que escribía y que ahora, desde el cielo, seguirá contemplando y guiando, ya en los brazos de nuestra Madre, cada uno de nuestros pasos.
¡Viva la Virgen de las Viñas!
Alejandro Ramírez Soriano
Presidente de la Hermandad Virgen de las Viñas y mariano por devoción
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Domingo, 24 de Agosto del 2025
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