Fue muy parejo el partido en los primeros cuarenta y cinco minutos de juego, con circulaciones de balón que no encontraban profundidad y que predominó en un intercambio en la zona medular, donde ninguno de los contendientes tuvo preponderancia para mandar sobre el otro.

Pudieron adelantarse los locales mediada la primera mitad, en una jugada que acabó desbaratada sin encontrar remate franco sobre la portería de David. También dio un serio aviso el Azuqueca casi en los instantes finales, haciendo aparecer a Manolo que hasta el momento había pasado inadvertido. Con empate a cero se marcharon los equipos al vestuario, dejando todo abierto para lo que quedaba por vivir.

La segunda parte mantuvo lo que se había vivido hasta el momento. Un partido abierto, con pocas opciones de gol y que se frenó aún más cuando empezó a llover con ganas en el campo solanero que ya desde el inicio estuvo con el cielo encapotado. Mediada la segunda parte, se paró el partido por una conmoción de Marco, jugador del Azuqueca, que poco antes había chocado contra un jugador solanero. Fue uno de los cambios obligados en el cuadro azudense, que intentó remover el once para llevarse los tres puntos de vuelta a casa.

La tendría el conjunto visitante en un mano a mano que Bamba no acertó a convertir ante la buena salida de Manolo. A falta de diez para el final, La Solana encontraría un penalti que tampoco encontró el camino al gol, en una buena intervención de David que adivinó el disparo de Riveiro.

Pudo resarcirse Bamba en La Moheda, anotando un gola que el colegiado anuló por fuera de juego tras un rechace que Manolo no pudo atajar y que recogió el delantero al filo del área. Estuvo mejor Azuqueca en el tramo final del partido, generando un peligro que no había hecho durante el resto del enfrentamiento.Finalmente, el balón se negó a perforar las porterías en una tarde donde hubo rivalidad, pero pocas oportunidades, en uno de esos muchos partidos donde puntuar acaba siendo lo más importante.