La brecha de género se refleja también en la calidad del empleo: la mayoría de los nuevos puestos de trabajo masculino son indefinidos, mientras que las mujeres continúan ocupando principalmente empleos temporales. La temporalidad femenina alcanza el 22,7%, frente al 14,4% de los hombres, evidenciando un aumento de la desigualdad respecto a la media nacional.

Por sectores, los datos muestran que la mayor parte del empleo creado se concentra en la industria y los servicios, mientras que la construcción mantiene patrones de empleo temporal ligados a periodos vacacionales. La situación en el sector público no es mejor: el 57% del empleo temporal corresponde a este sector, de los cuales el 66% son mujeres. Este escenario pone de relieve la necesidad de medidas que promuevan empleos estables y de calidad.

"Es necesario garantizar que la recuperación laboral llegue a todas por igual y que los contratos estables y de calidad no sean un privilegio solo para unos pocos.”