Siempre he manifestado que
casi todo lo que he escrito parte de una realidad concreta, después el detalle
se dispersa o se diluye en el relato y, en contadas ocasiones y fruto de la
imaginación, se desmadra hasta límites insospechados. Pero reconozco que me
cuesta mucho inventar, será por eso que no le tengo especial apego al género
fantástico.
Aparte del interés por cualquier género literario
los libros tienen vida propia y, además, dependen del momento que atraviesa el
lector, de su estado anímico, de su concentración o de su curiosidad. En
cualquier caso leer no debería suponer nunca un esfuerzo añadido cuando se
trata de ocupar el tiempo de ocio o de recreo. De ahí los derechos del lector,
donde se expresa claramente, y entre otras cuestiones, el beneplácito o la
licencia para no terminar un libro, saltarse páginas o, simplemente, negarse a
leer.
Supongo que la lectura de "Hotel World"
no me ha pillado en buen momento. Mal inicio de curso en el club de lectura,
por eso estoy deseando el encuentro con mis compañeras para que me expliquen
las bondades de este libro.
El argumento en cuestión se concreta en la pequeña
historia de cinco mujeres: cuatro están vivas, tres son forasteras, dos son
hermanas, una está muerta. Y todas ellas tienen un vínculo común, todas han
pasado alguna vez por el hotel sin reparar en la casualidad de sus encuentros.
Hotel World es una literatura distinta, de un
estilo diferente al que presuponía al recoger el libro y será por eso que no
acabé de entenderlo. Es cierto que en algún momento y en la primera historia de
la chica muerta intuí un lenguaje poético y diferente, pero más tardé me perdí
y no supe asociar las vicisitudes de las demás protagonistas. Pero no voy a
engañarme, su lectura apenas me atrapó y lo terminé por este empeño mío de ser
fiel a la convocatoria del mes.
En algún momento traté de justificarme a mí mismo
achacando que posiblemente mi compresión lectora estaba en horas bajas; pero
definitivamente he resuelto pasar página sobre el asunto y no darle mayor
importancia.
Después, y un poco desconcertado, me puse con una
novela que recientemente ha vuelto a reeditar Amarillo editora. Se trata de
"La mutación del primo mentiroso o el estilo que mata" de Francisco
Nieva.
Qué decir sobre este extraño libro de mi admirado
paisano. De momento la predisposición me ayudó a acometer un texto tan raro
como excéntrico y a la vez tan habitual en la obra de Nieva, tanto en teatro
como en literatura.
De Villanueva de los Infantes a París y,
presumiblemente, en la época de los años cuarenta donde el joven protagonista
se establece junto a sus familiares en una mansión impresionante fruto del
delirio de un arquitecto; allí, y junto a su primo enfermo atraviesa vivencias
y situaciones oníricas, fantásticas, extravagantes y sensuales que rozan el
surrealismo. Terapias hipnóticas para curar dolencias y multitud de referencias
sobre grandes personajes de las vanguardias europeas de principios del siglo veinte.
El desenlace final, aunque predecible, tiene el interés suficiente para leer
con avidez las últimas páginas.
Pero de entre todo el entramado de la historia y,
como siempre, Nieva vuelve a repetir una idea constante en toda su obra. Me
refiero a la contradicción que existe entre la aparente inutilidad del arte
frente al pragmatismo y la necesidad imprescindible de la creatividad para que
una sociedad pueda progresar.
De nuevo esperas hospitalarias me conducen a otras lecturas. Por eso, y para sobrellevar este tiempo imprevisto, elijo un clásico que seguramente no me defraudará. Y así, "La mujer rota", de Simone de Beauvoir, a través de tres cuentos me trasladan a un universo femenino que habla sobre relaciones personales, de pareja o muestran un simple monólogo. En sus textos los celos, la desesperación, la autoestima frente a la infidelidad y la dependencia conyugal. También explora los temas de la vejez y la soledad cuando los hijos se alejan del hogar. En el monólogo se refleja la crisis de identidad a través de unos pensamientos caóticos. Juicios y reflexiones muy fáciles de entender por el lector reflejados en unos diálogos muy bien construidos que me dejan muy buen sabor de boca, si puede expresarse así.
Para concluir, y aunque aún no lo he terminado
porque es un tocho de más de quinientas páginas, leo "Personaje
secundario" de Enrique Murillo, un libro que trata sobre los entresijos
del mundo editorial desde un punto de vista profesional pues el autor ha
trabajado en las empresas editoriales más importantes de nuestro país.
Periodista, traductor, lector y escritor que conoce este complejo sector, un
negocio que además de su interés cultural también debe generar beneficios para
mantenerse.
En paralelo a datos, fechas o situaciones y a
través de sus contactos profesionales y sus relaciones con escritores o
editores, Enrique Murillo nos va contando detalles de su biografía y nos revela
un trasfondo desconocido para el lector.
Su lectura nos muestra un entramado de personajes e
industrias necesarias para que un libro pueda editarse. Del mismo modo nos
invita a rescatar preguntas silenciadas pero siempre latentes que surgen de
manera irreflexiva ante la oferta editorial. Por ejemplo, por qué un título
determinado triunfa o fracasa. Qué decir sobre los premios literarios y sus
polémicas, de si están amañados o no; los intereses del lector frente al
editor, porque el libro aunque sea un producto cultural no puede ignorar el
mercado. De hecho, cuando se publicitan nunca encontrarás una reseña negativa
en los medios, es más, para encontrar una mala crítica deberás escudriñar hasta
el infinito; por eso muchas veces debes fiarte más de las opiniones de aquellos
que comparten el hábito de la lectura.
En fin, un libro muy interesante que de momento me tiene ocupado y, aunque me quedan pendientes unos cientos de páginas, espero que no cambien las buenas expectativas que tengo sobre este tratado. Al final ya veremos...
{{comentario.contenido}}
Eliminar Comentario
"{{comentariohijo.contenido}}"
Eliminar Comentario
Jueves, 13 de Noviembre del 2025
Jueves, 13 de Noviembre del 2025
Jueves, 13 de Noviembre del 2025
Jueves, 13 de Noviembre del 2025