Opinión

Ciri pregunta por los “Novísimi”

Joaquín Patón Pardina | Sábado, 22 de Noviembre del 2025
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Frío, mucho frío hace esta tarde en la calle. Avisaban los técnicos informativos del tiempo que nos llegaría una lengua de frío Ártico y han acertado.

Hemos echado mano del abrigo y la bufanda. Ciri viene como embutido en su indumentaria. incluyendo guantes de piel. El ambiente en la cafetería anima a desprenderse de la ropa calefactora. Se frota las manos, para que circule la sangre de modo más rápido, luego las sacude estirando los brazos, me ha recordado ese gesto, típico suyo, cuando en el patio del colegio comenzaba la clase de gimnasia.

—¡Buenas tardes. Bien calentito, por favor! —Lo primero que ha dicho el compañero al pasar por la barra y encontrarse con el empleado.

—¿Te has dado cuenta, amigo mío, qué sosegadas y disfrutadas son nuestras charlas haciendo caso omiso a las trifulcas de los políticos, juicios, jueces, condenas, fiscales…? —Lanzo a Ciri esta pregunta retórica con el conocimiento de su aserción.

—Así es, sin olvidar que ambos salpimentamos con suficiente picardía muchos comentarios, para hacerlos más sabrosos e interesantes. —responde frunciendo el ceño y dibujando una sonrisa malandrina.

Los ventanales de la cafetería nos sirven de claraboya para observar el ir y venir de personas bien abrigadas, sin entretener los saludos vespertinos; el viruji que alimenta el aire es cortante en la calle.

Saca el compañero su cuadernito de muelle, después de remojarse la garganta con el café bien caliente, como lo había pedido al entrar; esta libreta es su fiel colaboradora en anotaciones y preguntas, que al dueño interesan o quiere  resolver. Hojea las páginas, encuentra la cita, y pregunta:

—¿Podrías distinguirme la diferencia entre apocalipsis, escatología y profecía? Te pregunto esto porque, como bien sabes, soy católico practicante y durante los últimos días del año litúrgico se leen textos pertenecientes al libro del Apocalipsis. En alguna ocasión ya me explicaste que su escritor, Juan, apóstol querido de Jesús utilizó el género literario apocalíptico.

—Tienes buena memoria, Ciri, ya hablamos de este tema, y estoy dispuesto con gusto a responder, aclarando la diferencia entre los tres términos. Has de tener muy en cuenta algo imprescindible: Ninguno de ellos es utilizado para adivinar o presagiar el futuro y menos aprovechando imágenes trágicas de muertes, cataclismos y tsunamis. Nunca de ningún modo se pueden utilizar los escritos de los que vamos a hablar para predecir el fin del mundo y la venida de Jesucristo “sobre las nubes para juzgar la humanidad”.

—Recuerdo —aporta mi amigo— que la palabra Apocalipsis venía del Griego Clásico y significa revelación, manifestación de algo, pero no podría tomarse al pie de la letra el texto, es imprescindible una interpretación muy severa y concienzuda.

—De nuevo te alabo la buena memoria que gozas, colega. La palabra escatología, también tomada del idioma antes citado, tiene dos significados distintos: Te cito el primero por ser el más repulsivo, es sinónimo de coprología que según la RAE significa: “Estudio de los excrementos sólidos con diversos fines científicos”. La segunda acepción hace referencia a los “Novísimi”, trata de lo referente a la otra vida, estados, creencias, lo que se ha dado en llamar: juicio final, gloria eterna, paraíso, infierno, purgatorio.

—¿Podríamos decir que es  la parte de la Teología que quiere responder a las preguntas que todos nos hacemos sobre el más allá, la vida después de la muerte, etc.?

—Justamente, así es. La otra palabra que me preguntabas era la profecía, ¿verdad?. Pues seguimos con el mismo origen para la palabra el Griego Antiguo y te añadiría un adjetivo más para definir perfectamente el término, Bíblico. La palabra original es “profeteuo” , tampoco significa adivinar, auspiciar, predecir, como erróneamente nos han enseñado en ocasiones. Profecía es lo que alguien dice en nombre de otro, lo que traduce, el mensaje que se transmite.

—Esta explicación se contradice con lo que yo pensaba, especialmente con los escritos de los profetas del Antiguo Testamento.

—Y de nuevo he de darte la razón. Eso que tú afirmas es lo que nos enseñaban en algunas catequesis de la infancia, pero no es así. Los profetas bíblicos más importantes son hombres, aunque hay autores que incluyen alguna mujer. Su intención es cambiar el comportamiento del pueblo de Israel o de sus jefes y reyes como si hablasen mensajes recibidos de Yaweh (nombre que daban a Dios los hebreos). Se presentaban como intermediarios veraces entre ambas partes.

—Ahora comprendo estupendamente la diferencia entre las tres palabras que te decía. Si no es mucho pedir, tomo mis notas en el bloc mientras te terminas el café y las magdalenas, con tanto hablar te has retraso en la merienda.

Termina el compañero de escribir. Levanta la mano con dos dedos estirados, pienso que haciendo el gesto de “victoria”, pero no, es la señal que el camarero ha percibido para servirnos las dos copas de brandy a las que estamos acostumbrándonos.

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