Feliz Navidad a todos. Otro año más, otra película con temática navideña que toca reseñar, y todo gracias a vosotros, que estáis detrás de las pantallas leyéndome. Esto no sería posible sin vosotros, así que gracias. El año pasado hablé de quizá dos de mis películas navideñas favoritas, como son El día de la bestia y La jungla de cristal, y este año, al no saber elegir, me he decantado por una que quizá muchos hayáis visto y otros no, pero no importa. Así que aquí tenéis un clásico de los 80: Gremlins.

Dirigida por Joe Dante, con guion de Chris Columbus —el mismo que hizo Solo en casa, Señora Doubtfire y las dos primeras de Harry Potter— y protagonizada por Zach Galligan, Phoebe Gates, Corey Feldman, Dick Miller, Hoyt Axton, Frances Lee McCain y Keye Luke, nos trasladamos a vísperas navideñas, donde un padre, dispuesto a regalarle algo a su hijo, decide comprar una criatura extraña conocida como Mogwai.

Es probable que muchos de vosotros vierais esta película de niños y quizá os quedasteis con la cara del auténtico protagonista. Y no, no me refiero al protagonista humano, me refiero a Gizmo. Esta cosa peludita, aparte de vender un montón de peluches, es el auténtico protagonista de esta divertida comedia con toques de terror, todo ello, por supuesto, ambientado en Navidad.

La historia de la película es muy básica, pero a la vez efectiva. Quizá con lo que todos nos quedamos es con las criaturas que aparecen, y es que ya existían los gremlins antes de esta película, concretamente en un capítulo de The Twilight Zone, y que tiempo después Los Simpson parodiarían en un especial de Halloween. Aquí ocurre algo curioso: los mogwais son distintos entre sí y, por supuesto, nadie puede olvidarse de las tres reglas de oro, que por si no las sabéis son estas:

Regla 1: Que no les dé la luz, sobre todo la del sol.
Regla 2: No mojarlos con agua.
Regla 3: Jamás darles de comer después de las 12.

Evidentemente, esto no se acaba cumpliendo, obvio, porque si no, no habría película. En cuanto aparece la auténtica forma de estas criaturas es cuando se desata el caos y las risas, y os puedo asegurar que os vais a reír muchísimo. Los gremlins son unos trastos, pero también muy peligrosos, sobre todo cuando van en grupo, y alguno que otro no dudaría en destrozarte la casa o tirarte por la ventana, así que mucho ojo con estos bichos.

En cuanto a los personajes humanos en sí, no tienen relevancia, salvo quizá Billy, su familia y Kate, interés romántico de este, y suelen ser las víctimas de las trastadas de los gremlins, algunos de ellos acabando muy mal. Quizá con lo que me quedo de toda la película es con los distintos tipos de gremlins, cada uno diferente y variado, como por ejemplo el gremlin exhibicionista, la gremlin hembra que se parece a La Veneno, o el propio gremlin malo con mechón blanco conocido como Stripe, además de todas las jugarretas de estos y un humor, a ratos, con muy mala leche o incluso con chistes para adultos, y eso que supuestamente es una película para niños.

Gremlins, aunque parezca mentira, es una película navideña muy divertida y, sobre todo, con unas criaturas nunca antes vistas. Se nota que detrás del proyecto estaba el mismísimo Steven Spielberg, por lo que no me extrañaría que el nivel de la producción se centrase en la creación de estos bichos. En resumen, es una cinta divertida, con algún que otro guiño a la cultura popular y, pese a que alguno que otro la tenga olvidada, sí o sí tenéis que verla para echaros unas risas.