Hace unos años —no tantos— se notaba la llegada de la
vendimia por el olor a mosto que embriagaba las calles de Tomelloso. El dulce
aroma del zumo de la uva nos avisaba de que estábamos en la recolección, el
momento más importante para la vida de esta ciudad. Tomelloso es lo que es
gracias a la vid y al vino, la vendimia es la culminación de todo un año de
trabajo, desvelos y anhelos. Este viernes de inicio de campaña, el evocador
perfume a mosto ha vuelto a impregnar las pituitarias de este periodista. La
Voz de Tomelloso ha visitado Bodegas Verum, una empresa singular que lleva a
cabo el proceso de elaboración del vino sin prisa, de forma cuidadosa y de
manera casi manual. Y lo hace de la viña a la botella; parece que el tiempo no
exista en la bodega.
El director técnico de Verum, Elías López Montero, asegura
que la vendimia del 2018 “está siendo muy buena hasta el momento”. Bien es
cierto, matiza, “que la uva viene con mucho retraso y todavía queda mucho hasta
que acabe la campaña”. La uva hoy “muestra
unas condiciones muy buenas”, pero los años como este, que viene con retraso “se
puede complicar la vendimia al final. Pero esperemos que todo vaya bien y que
ha suerte”.
A la bodega llega un cargamento de uvas, merlot,
concretamente. En el remolque el fruto va cuidadosamente colocado en cajas de
plástico. Elías López nos explica que es
una variedad muy importante “la utilizamos para muchos de los vinos que más
vendemos como Verum Robe y Verum Crianza”. Bodegas Verum tiene una producción que
oscila entre las 220.000 y 250.000 botellas. Mientras hablamos, el enólogo, nos
muestra el primer vino del año, un tempranillo. De otro depósito saca un
albillo.
Bodegas Verum lleva a cabo un proceso de triple selección de
la uva. La primera tiene lugar en el
viñedo, allí solo se cogen los racimos que están en perfecto estado sanitario y
de madurez; se dejan las pasas y los racimos que tengan ceniza o algo podrido.
Los racimos se depositan cuidadosamente en cajas y se llevan a la bodega. Allí,
se vuelve a revisar que todos los racimos están en buen estado y se les quitan
las hojas u otro material verde que pueda entrar. Tras el despalillado, se
lleva a cabo la tercera selección, grano a grano, quitando, además los trozos
de raspón que ha dejado la máquina.
Verum se caracteriza por el esmero con el que trata a la
uva, además “tenemos muchos varietales”. Los más tempranos ya están en la bodega
como el sauvignoin blanc, el merlot y algo de tempranillo. Verum, nos explica
Elías López, ha apostado por variedades de ciclo largo como el mazuelo, el graciano
o la malvasía, el enólogo desea que para estas uvas “las condiciones
climatológicas sean tan buenas como lo han sido hasta ahora”.
La bodega ha puesto en valor una serie de variedades de uva
que parecía que se estuviesen perdiendo. “Se adaptan bien a climas
moderados y a deficiencias hídricas, con
ellas estamos obteniendo muy buenos resultados”. Además, Verum labra alguna de
sus parcelas con mulas “en otras zonas, de más difícil acceso, se sigue
laboreando con esos animales. Aquí se estaba perdiendo su uso en la
agricultura, nosotros las mantenemos más por tradición que por un sentido
práctico”.
La malvasía es una variedad que se da mucho en las Canarias,
“funciona muy bien en climas cálidos. En realidad viene de Grecia y se
encargaron de difundirla los comerciantes venecianos. La malvasía da muy buenos resultados, mantiene mucha acidez y
frescura. Para nuestros climas es muy adecuada porque la acidez es un tesoro”.
Bodegas Verum hace un
vino en la Patagonia, María Victoria, elaborado con uvas malbec. “Tiene una
historia muy bonita que surgió a raíz de un viaje a aquella parte del mundo.
Hemos decidido mantener la producción y seguir adelante en la Patagonia
Argentina”. Son dos vendimias que no se solapan, nos cuenta el enólogo, lo que
permite atender a ambas. “Estamos muy motivados con ese proyecto”.
Otra parte importante de la bodega es la elaboración de
aguardientes. Para los vinos blancos solo interviene el mosto flor, nos relata,
toda la uva que queda sin prensar es lo que Verum fermenta para luego hacer el
aguardiente y lo hacen con cuatro variedades, airén, tempranillo, sauvignon
blanc y gewürztraminer, este último es el más reconocido y premiado.
Bodegas Verum nació del convencimiento de los propietarios,
la familia López Montero, de que es en la viña donde se hace el vino. Porque es
en sus cepas, muchas de ellas de más de 50 años, donde adquieren su máxima
expresión.
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Miércoles, 4 de Junio del 2025
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