Probablemente la mayoría de
nosotros hayamos visto, o por lo menos oído hablar de esos perfumes que
aseguran que usándolos resultaremos más atractivos
sexualmente, basándose en que contienen feromonas humanas. También es habitual escuchar que el sudor masculino
contiene estas mismas feromonas. Pero antes de que nadie abandone su higiene
personal, o se lance a comprar este tipo de productos, es importante saber si
existe alguna demostración científica de la existencia de feromonas en los
seres humanos.
FEROMONAS EN ANIMALES
En los animales la existencia de
feromonas es muy habitual. Se trata de moléculas que actúan como señales
químicas entre individuos de la misma especie. En muchas ocasiones se encargan
de regular el comportamiento sexual.
Es el caso, por ejemplo, de los ratones. Los machos de ratón expulsan a través
de la orina feromonas que incitan a las hembras a reproducirse con ellos. Su efecto puede
llegar a ser muy potente, ya que existen especies de mariposas en las que los
machos son capaces de detectar a las hembras a kilómetros de distancia, gracias
a las feromonas que éstas emiten.
Pero las feromonas también pueden actuar controlando otro tipo de comportamientos. Por ejemplo, las hormigas las utilizan para guiar y marcar el camino a sus compañeras hacia fuentes de alimento. También pueden servir como señal de alarma para avisar de la presencia de algún peligro, como un depredador. Incluso hay feromonas en mamíferos que sirven para reforzar vínculos afectivos entre las crías y la madre.
Las hormigas utilizan feromonas para guiar a sus compañeras hacia fuentes de alimento
HORMONAS Y FEROMONAS
Es importante matizar las
diferencias que existe entre las hormonas
y las feromonas. Las hormonas son señales químicas que actúan en el interior
del propio organismo, controlando procesos muy diversos como el metabolismo, la
madurez sexual, la sensación de hambre o el ciclo del sueño. En los seres
humanos son producidas en glándulas como el tiroides o el páncreas, y son
transportadas principalmente a través de la sangre.
Por el contrario, las feromonas
son secretadas al exterior del cuerpo, y tienen efecto sobre otros individuos
de la misma especie. La manera de expulsarlas es muy diversa. En algunos casos
es a través de la orina o la saliva y, en otros, a través de glándulas especiales
que pueden estar situadas en diferentes partes del cuerpo. Después, serán
percibidas principalmente a través del olfato.
PERO… ¿EXISTEN REALMENTE EN HUMANOS?
Ha habido diferentes estudios
científicos que han tratado de descubrir la presencia de feromonas humanas. Uno
de los primeros fue llevado a cabo por la psicóloga estadounidense Marta McClintock, que buscaba explicar
la sincronización del ciclo menstrual en las mujeres. En él, se mencionaba la
posible existencia de sustancias de las axilas, transmitidas a través del
olfato, que influían en ciclo menstrual de otras mujeres. Sin embargo, esta
sustancia o molécula concreta nunca ha sido hallada.
También hubo un estudio,
publicado en 2011 por la revista Science,
que hablaba de que el olor de las lágrimas femeninas podría tener en los hombres
el efecto de disminuir su excitación
sexual. Incluso existe un artículo del año 2014 que menciona dos moléculas
aspirantes a ser posibles feromonas sexuales humanas. Se trata de dos
esteroides, la androstadionona y el estratetraenol, que podrían servir para
identificar el sexo de alguien a través del olfato.
La primera de ellas, presente en
el vello de las axilas de los hombres y en el semen, se asoció a reconocer a un
individuo como masculino. Lo curioso, es que solo tenía efecto cuando era olido
por mujeres y hombres homosexuales. La segunda, que se encuentra en los
genitales y la orina de las mujeres, tenía el efecto contrario, permitiendo
identificar a una persona del sexo femenino. En este caso, tenía efecto
únicamente en hombres heterosexuales.
Lo que está claro es que los
estudios sobre feromonas humanas no han arrojado hasta el momento datos
demasiados claros. Aunque algunos de ellos sí que presentan indicios que
parecen intuir su existencia, no hay por
ahora un consenso firme en la comunidad científica.
Por ello, en caso de que encuentres
por internet anuncios de perfumes de feromonas o “pócimas del amor”, lo más
sensato será que te ahorres el dinero, ya que muy posiblemente se trate de un
engaño para incautos.
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Sábado, 7 de Enero del 2023
Jueves, 26 de Diciembre del 2024
Jueves, 26 de Diciembre del 2024