Jesús Campo al piano, Antonio Plata con la Trompa y el tenor Eduardo Ladrón de Guevara, fueron los protagonistas y artífices de esta plácida mañana de música y poesía. Arrancaron el recital el pianista y tenor con una obra del gran repertorio "Comfort ye... Every valley" del Mesías de Haendel, donde la ligereza del tenor y el estilo del pianista quedaron patentes.

Continuó el maestro Campo en solitario para dar una soberbia demostración de su habilidad y virtuosismo con las "Variaciones sobre Minuet de Duport Kv. 573" de W.A. Mozart.  Después volvía el tenor conquense al escenario para con él interpretar esta vez el aria de Uriel del oratorio "La Creación" de Haydn "Mit Würd' und Hoheit angetan". Otra aplaudida pieza que dio paso al tomellosero Antonio Plata, que se presentó magistralmente junto a Campo con el Nocturno Op. 7 de Franz Strauss.

Tras la merecida ovación se dieron cita los tres intérpretes para realizar una memorable Serenata para Tenor y Trompa Op. 31 del británico Benjamin Britten. Comenzó el primer número con el escenario en penumbra y el trompista ejecutando este "prólogo", un solo para su instrumento entre bambalinas. Se hizo la luz y continuaron el resto de números correspondientes a poemas británicos de gran belleza y dificultad técnica que quedaron resueltos con clase y buen gusto, acordes al material que se traían entre manos. El epílogo, octavo y último número, finalizaba como el primero, con un recogido oscuro y la trompa sonando fuera del escenario. 

Un repertorio arriesgado y poco común que trajo un novedoso soplo de aire fresco a la bulliciosa actividad musical de nuestra tierra. Tras la calurosa ovación del público, José Ángel Treviño, presidente de AMAO, agradeció a la concurrencia su participación, a los músicos su esfuerzo, colaboración y buen hacer, y nos recordó que la próxima y última cita de este ciclo será el próximo domingo 2 de Junio a las 18:00h. en la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, donde se podrá disfrutar del Gloria de A. Vivaldi y una selección del Mesías de Haendel interpretado por Orquesta de Cámara, Coro y solistas. 

Los músicos volvieron a la acción para agradecer al público su entrega con el cuarto número de la mencionada serenata. Es también destacable la impecable cortesía y educación del público asistente, que escuchó con atención y respetuoso silencio tan delicada música sin que interrupciones de puertas, teléfonos o exagerados golpes de tos, rompiesen la magia que tan buenos prestidigitadores pusieron sobre las tablas. Un bravo por ellos también.