Poco después de las diez de la noche aparece Cristina Correas en el escenario. Pantalón y corpiño negro, con detalles en oro, muy elegante. Sus paisanos la jalean y ella se emociona. Hay ya varios miles de personas en el recinto ferial, pero sigue llegando una riada de gente por la calle Lugo, personas de todas las edades dispuestas a pasar una gran noche. Las luces del escenario crean esa atmósfera mágica de los conciertos, el sonido es bueno y corre un viento fresco muy agradable. Cristina se arranca con el “de boca en boca van, de boca en boca van, saltando los rumores…” de Niña Pastori. “Muchísimas gracias por todo el apoyo, espero que disfrutéis con la presentación de mi primer disco, es un honor hacerlo aquí, en Tomelloso”, dice. 

Precisamente, cuando interpreta el “Enamorarte” de su single, el público se ha entregado ya por completo a Cristina que la acompaña en la interpretación del tema. Está sobre las tablas 45 deliciosos minutos y comparte el éxito con los músicos a los que presenta. Jaime Nadal y su novio Javier Rebato en la percusión; Ramón Peñalver con el saxo; Daniel Castellanos, el bailaor que la acompaña a las palmas; su sobrino Salva y su hermano Vicente Correas, a los coros; David García al bajo y Jesús Peñalver con la guitarra. Enormes todos. El público pide un bis que no se producirá por lo ajustado del tiempo. Gran ovación de despedida.

“Tengo una sensación de estar muy tranquila, porque sé que he dado todo lo que tenía, no me ha quedado nada dentro, lo he sacado todo. He estado emocionada en muchos momentos, pero he disfrutado al máximo”, nos dice Cristina Correas nada más concluir su actuación.

Y llega el turno de Rosario que aparece con su falda corta, su enorme melena rizada y su habitual derroche de energía pura por el escenario, un torbellino de pasión por la música que alza el telón con un tema rockero y no tarda en mover a la gran masa del público que la arropa. “Buenas noches a todos, ¡qué barbaridad, que de gente, que alegría! ¡Ole, ole y ole!”. El duende, la magia y el alma de los Flores se hace bien presente. “Y cómo me las maravillaría yo”. Rosario canta sus canciones de ahora y de antes, de toda una trayectoria jalonada por el éxito, con doce álbumes, millones de discos vendidos, dos grammys latinos y lo que quede porque Rosario está espléndida a sus 55 años.

Interpreta los temas “Por un beso tuyo”, “Yo me niego” y nombra a Tomelloso muchas veces. “Gracias por estar aquí, por sentirme, por dejar que baile y cante en el escenario que es el sueño de mi vida. ¡Viva el arte y viva la música!”. Mete una rumba, esa con la que rinde homenaje a su padre, “ya no se canta la rumba como cantaba El Pescailla, ya yay”, versiona magistralmente el “Te quiero vida mía” de Nino Bravo, dedica a su hermano Antonio uno de sus temas más conocidos, “Qué bonito cuando te veo ahí, qué bonito cuando te siento…”, una canción que significa mucho para ella y que dedica “a las almas bonitas que se van al  cielo”. Rosario no sigue un orden cronológico y avanza y retrocede caprichosamente en su trayectoria como cantante, mezclando géneros y estilos, demostrando la sangre de gran artista que corre por sus venas y su enorme capacidad para desenvolverse en cualquier registro.

El concierto entra en su recta final. Canta el inmenso tema “Cómo quieres que te quiera” y da mucha cancha al público con el “Estoy aquí solita”. Acaba subiendo el ritmo, con ese Meneito festero que ha dado vida a tantas veladas. “Oígame señor, que tiene usted, un meneito que yo no sé” y el no menos animado “Marcha, marcha queremos marcha” con el que se despide y presenta a su excelente grupo de músicos. Pero el público pide más y Rosario le obsequia con el exquisito “Sabor, sabor” que tanto éxito cosechó y pone la guinda con el eterno “No dudaría” de su hermano Antonio, un alegato a favor de la paz y la solidaridad, que alterna ritmos y que vuelve a sacar ese torrente de energía de la cantante que se mueve frenéticamente por el escenario, con un público entregado, que la acompaña y aplaude a rabiar. Rosario dice adiós, pero promete volver con nuevas canciones y ese inmenso talento que siempre le acompaña. La esperaremos con ganas.