Juan Carlos Fresneda volvió a presentar el Festival que organiza el grupo folklórico “Manantial del Vino” con el patrocinio del Ayuntamiento de Tomelloso representado ayer por los concejales del PSOE, Raúl Zatón y Alba Ramírez y los del PP, José Márquez y Cortes Valentín, y en el que también colaboran las federaciones nacional y regional de Asociaciones de Folkore . El presentador subrayó el esfuerzo que supone organizar un festival durante casi cuarenta años, “uno de los más prestigiosos y longevos de la región que siempre cuenta con una gran respuesta de público, porque el folklore es cultura con mayúsculas”

El primer grupo en  saltar a las tablas fue “Virgen de las Cruces” de Daimiel que ofreció una buena muestra de las antiguas costumbres que han ido rescatando en un gran trabajo de investigación, lo mismo que la indumentaria. Interpretaron primero una Jota, después un Fandango de las Tablas de Daimiel, continuaron con las “Torrás” de Daimiel, que viene a ser lo que nosotros conocemos por seguidilla y que procede de la sevillana, y lo dieron todo también en la interpretación de una rondeña para concluir con la Jota Vieja de Daimiel. En algunos momentos hicieron reír a los espectadores con la manera pícara que tenían los mozos de conquistar a las zagalas.

También convenció al público la actuación de Aires de Murcia, muy completa, con una variada muestra del folklore de diferentes poblaciones de la provincia, tanto de la costa como del interior. Arrancaron con unas malagueñas de Morata, continuaron con unas seguidillas, unas malagueñas boleras, la jota del Campo de San Juan, unas malagueñas de Algezares y cerraron con una parranda. Llamó la atención el vistoso vestuario de los murcianos, inspirado en trajes del siglo XVIII, como muy bien explicó uno de sus componentes. El grupo contó con un trovador que fue improvisando coplas alusivas a Tomelloso algo que celebró mucho el público.

En una calurosa noche, los grupos lo dieron todo sobre el escenario y elevaron el nivel del Festival. El grupo portugués también estuvo a gran altura, con bailes en los que las mujeres sostenían unos cántaros sobre sus cabezas. Interpretaron una decena de piezas de corta duración que dio mucho dinamismo a su actuación.

Como siempre, el festival lo cerraron los anfitriones de Manantial del Vino, que se sintieron muy  a gusto entre su público. Antes su presidente, Jesús Francisco Moreno, ofreció unas palabras en las que destacó la importancia “del intercambio de cultura y folklore, los contactos que se mantienen con grupos nacionales y del extranjero. Todo es a base de esfuerzo y trabajo y de tener la conciencia muy tranquila”. Manantial del Vino interpretó el fandango de Ciudad Real, la jota de Ballesteros, el fandango de Calzada de Calatrava y terminaron, como siempre suelen hacer los anfitriones, con la jota cruzadilla de la vendimia, que provocó una gran ovación final.