Los céspedes tanto natural
como artificial son un tipo de pavimento deportivo capaz de albergar múltiples
modalidades deportivas, fútbol, rugby, hockey, golf, béisbol, tenis, etc.
Suelen ser deportes que se realizan en el exterior y que necesitan grandes
extensiones de terreno.
El
césped natural es un pavimento que se utiliza desde que los
deportes son considerados como tal, a comienzos del siglo XX, probablemente
como única alternativa posible en ese momento. Es un pavimento de una gran
vistosidad que permite al deportista toda clase de movimientos deslizamientos,
saltos, carreras, caídas, etc. Sin sufrir ningún tipo de daños, los céspedes
naturales se pueden marcar fácilmente con cal, yeso o pinturas plásticas y en
su conjunto ofrecen unas características naturales para su utilización,
cuidados y atractivo para el espectáculo deportivo. El anecdotario español adjudica a Pablo Porta
(presidente de la federación española de fútbol en los años 80 del pasado
siglo) la siguiente declaración me gusta
ir a los partidos de fútbol y oler la hierba recién cortada del campo y le
contestaron si usted siempre va a los palcos que están tan altos que no llega
el olor del césped y mucho menos con los puros que se fuma.
El
césped artificial se desarrolla en los años 60 como sustituto de
la hierba natural para solucionar problemas de mantenimiento en instalaciones
cubiertas, fundamentado en la necesidad de luz del césped natural. En 1966 se
instala el primer césped artificial de la liga de fútbol americano en el estadio
de Houston (Texas).
Es la utilización de césped
artificial para el hockey en los Juegos Olímpicos de Montreal (1.976) lo que da
un impulso muy importante para su utilización en diferentes deportes. Los
primeros campos de césped artificial se realizaban las fibras de césped y con
arena como elemento de relleno, lo que producía múltiples abrasiones a los
deportistas, fundamentalmente en las caídas, uno de los primeros campos de
césped artificial de la región se instaló en Campo de Criptana.
Con los campos de segunda
generación llega la revolución del césped artificial, con dos novedades muy
notables, se añade encima de la arena una especie de gránulos de caucho que
elimina casi por completo la abrasión en los deportistas y aparece el césped
monofilamento que cambia el aspecto del césped, pasando de ser una red
extendida a imitar cada brizna de césped, de este modo se fabrican las briznas
de césped y cada una se sustenta mediante una nervadura central que además
tiene la capacidad de hacer recuperar su posición inicial cuando este es pisado
por los deportistas, por tanto, se consigue prácticamente el aspecto del césped
natural.
Todo esto trae consigo que
FIFA y UEFA acepten la hierba artificial para las competiciones oficiales y
ponen a trabajar a diferentes equipos de técnicos para estudiar el desarrollo
del juego en ambos pavimentos (goles, número de disparos, pases cortos, medios
y largos, etc.), y observan que no hay grandes diferencias. Entonces llegados
este punto si prácticamente comienzan a ser iguales ambos pavimentos
¿Por qué el césped artificial se está
imponiendo al césped natural?
En este sentido entra a jugar un elemento muy
importante no considerado hasta el momento, el aspecto económico, esta orientación
inclina la balanza hacia el césped artificial, como vamos a ver a continuación.
La utilización semanal del césped natural
“siempre hablando en una zona con el clima como el que tiene Castilla-La Mancha
con inviernos muy fríos y veranos muy calurosos” no debería pasar en las
mejores condiciones de 10-12 horas a la semana, esto sin contar los meses de
noviembre a marzo que la planta hiberna y las horas de utilización deben ser
mucho menores, sin embargo, el césped artificial se puede utilizar las 24 horas
del día los 7 días a la semana durante todo el año sin sufrir prácticamente
deterioro alguno.
El césped natural, conlleva como cualquier ser
vivo unos cuidados periódicos y muy exhaustivos, tales como a abonados con
materia orgánica, abonados con fertilizantes, recebos, rulados, escarificados,
etc., etc. Estos cuidados además de costosos deben llevarlos a cabo un personal
cualificado.
A todo esto, es necesario añadir una maquinaria
muy costosa, como mínimo un cortacésped de cuchillas y autopropulsado para
segar el césped periódicamente.
Y por último es necesario pintar las líneas
prácticamente todas las semanas, en los campos de césped artificial las líneas
se instalan con el resto del campo y no es necesario volverlas a pintar durante
toda la vida útil del campo.
Sin embargo, el césped artificial no es
necesario realizar prácticamente ninguna tarea de mantenimiento, ni necesita de
personal cualificado para su mantenimiento, ni la compra de maquinaria como
cortacésped, abonadoras, ruladoras, etc. y las líneas se instalan con el resto
del campo y no es necesario volverlas a pintar durante toda la vida útil del
campo.
Todo lo anteriormente relacionado es un suma y sigue económico, al que es necesario añadir el consumo tan desmesurado de agua en el césped natural, necesario para conservar una humedad continua en toda la pradera. El césped artificial es necesario regarlo, pero como tiene una subbase impermeable que no deja pasar el agua, sino que la envía mediante pendientes a una canaleta perimetral, actualmente los campos se diseñan para recoger esta agua sobrante en un depósito y se puede volver a utilizar.
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Domingo, 19 de Mayo del 2024
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