Tengo empachada el alma de
recuerdos,
preñada la voluntad de tus
ausencias
y balcones abiertos a tu
regreso,
caminante amado que te fuiste
buscando otras sendas más
inciertas.
Tengo ya el perfume de romeros
asido a mi cuerpo que te
espera,
anhelo volver a recuperarte
verde ansia de tomillo,
mejorana y
ajedrea florecidos en
primavera.
Deseo de estos montes tan
cercanos,
deseo de estos montes de
Ruidera.
Ruidera tu ruido es una nana
que en la cuna arrulla con
cantos
bellos mi espíritu que se desboca,
se rebela y así mismo
desespera.
Cantaría muy quedito a tu oído
historias acaecidas en sus
tierras
para endulzarte el alma con
leyendas
y que de mi lado ya nunca te
fueras.
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Martes, 7 de Mayo del 2024