Carrión emplea una media de siete u ocho minutos en inmortalizar con su cámara a cada persona o grupo. “Hemos dado las opciones de realizar retratos individuales y también de familia. Estoy muy contento porque la respuesta de la gente ha sido muy buena. La inscripción se agotó en poco más de dos horas y a partir de las 18,30 horas hemos decidido abrir puertas, con entrada libre, para que esas personas que no pudieron inscribirse también puedan tener su retrato”, explica.

El fotógrafo reconoce su predilección por el retrato, “me gusta mucho y me apetecía mucho hacer esta actividad, un poco más espontánea, de retratar a la gente de Tomelloso. Espero hacer más ediciones y en otros contextos diferentes. No solo en la feria, sino también en otras épocas del año y en otros escenarios y quizá de una manera más anárquica, no tan organizada como lo hemos hecho ahora”.

Carrión pide disculpas a las personas que no han podido entrar “la actividad tenía un límite, pero lo importante es que la gente que va viniendo se lo está pasando bien. Con las personas que retrato intento establecer una relación de confianza y cercanía con el fin de poder sacar el máximo partido a su imagen. Con la gente está habiendo muy buena sintonía”. 

Javier Carrión está contando con la valiosa ayuda de Iona Coman, también fotógrafa. “Después de esto prepararemos una galería on line en la que todo el mundo podrá descargarse su fotografía, pero la intención es hacer una exposición con la foto de todos los participantes”.