No hubo tregua en un espectáculo en el que llamaron la atención los rápidos cambios de un rico y variado vestuario, las magníficas coreografías de un cuerpo de baile que lo dio todo y las voces rotundas de María Mota, Pablo Sevilla, Silvia Morel y Arturo Vázquez. 

El musical comenzó con una graciosa dialéctica entre el inglés y el producto nacional. Los Grandes temas de Mecano, interpretados con un asombroso parecido al original, se combinaron con el número de las seis asesinas de la cárcel, ambientado en el Chicago de los años 20, el Moulin Rouge o el  más reciente SloMo que Chanel llevó a Eurovisión. Las canciones y bailes se fueron alternando con diálogos en claves de humor y los vídeos que iban apareciendo en la pantalla gigante. Bailes de charleston, tangos, cabaret iban poniendo ritmo a una gran noche. Cantantes y bailarinas bajaron en varias ocasiones al patio de butacas para interactuar con el público.

Todo el espectáculo estuvo aderezado por unos buenos efectos de iluminación y sonido, además de una atmósfera de humo que apareció en varias ocasiones. Con el tema “La vida empieza hoy” se fueron despidiendo. Por dos horas, la plaza de España se convirtió en la avenida más famosa de Nueva York.