Opinión

La falsificación de billetes de banco y de moneda. Falsificación en Tomelloso

Juan José Sánchez Ondal | Jueves, 28 de Septiembre del 2023
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Hace unos días, en una amena charla mantenida con los eminentes doctores D. Moisés Sánchez Cano, y D. José Luis Teruel Briones, primo hermano el primero y amigo el segundo, a quienes dedico este modesto trabajo, salió a colación el tema de los “duros sevillanos” y como tenía preparadas unas notas al respecto, les anuncié su publicación, y ahí van.

La falsificación de billetes de banco y de moneda, en concreto de los llamados “duros sevillanos” estaba a la orden del día en aquel año 1903. Los periódicos de toda España daban noticias y el tema llegaría hasta el Senado con ruegos al ministro de Gracia y Justicia de que tomara cuantas medidas fueran necesarias para evitarla. Abundaban las quejas del comercio por los perjuicios que les estaba ocasionando la circulación de los referidos duros, sirviendo de pretexto para rechazar cualquier tipo de moneda y, como tenían un valor intrínseco, se postulaba su recogida[1].  Pero no sólo la falsificación afectaba a los duros sevillanos, sino que se extendía a los billetes de banco. Así “La lucha”[2], 1903, julio, 9, informaba de que volvían a circular billetes de 50 pesetas falsos de la emisión de 25 de noviembre de 1899, con el busto de Quevedo, cuyo grabado era más imperfecto. Y el “Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos de 1903, agosto, 14, daba cuenta de haberse descubierto una falsificación de billetes de banco de 100 y 1000 pesetas, habiéndose detenido a dos expendedores.

Asimismo, “La correspondencia de Valencia”, 1903, agosto, 6, [3] daba la noticia de que en Bilbao, en la calle Concepción,  habían descubierto una fábrica de moneda falsa que diariamente lanzaba a la circulación de 30 a 40 monedas de una y dos pesetas muy bien imitadas, habiéndose detenido a tres hombres y tres mujeres y “El Heraldo de Tarragona”[4], 1903, agosto, 8, añadía que la falsificación se practicaba por el procedimiento primitivo de vaciar las monedas, con el busto de Alfonso XII, en similares moldes de yeso y resultaban perfectas, usando metal fundido.

Las monedas, entonces, tenían que contener un valor material en el metal precioso correspondiente, equivalente al de su valor nominal; es decir, un duro de plata había de contener plata por valor de cinco pesetas. Con la bajada del precio de la plata y la pérdida de las colonias, ante la desastrosa situación del Tesoro, el Gobierno cayó en la tentación de emitir monedas de 5 pesetas cuya cantidad de plata, al haber bajado su precio, equivalía aproximadamente a la mitad de su valor nominal. El Tesoro, así ponía en circulación duros cuyo coste era casi la mitad, con lo que obtenía unos ingresos ilícitos. Como a toda acción de este tipo se opone una reacción, no igual, sino mayor y contraria, hubo ciudadanos que empezaron a falsificarlos, incluso, en ocasiones, con más plata que las que contenían las monedas de duro oficiales y con una perfección que era difícil de distinguir de las monedas auténticas. Basta leer las diferencias que entre ellas publicó el Banco de España para comprobarlo. Se llegó a la situación de que, de unos 1.500 millones de pesetas en circulación, en duros, cerca de 400 millones eran falsos. La gente rechazaba los duros en sus transacciones y los obreros en su jornal. El que descubría que le habían colado uno falso, trataba de soltarlo cuanto antes (“Más falso que un duro sevillano”. “De mano en mano como la falsa monea”). Así las cosas, por fin, el Gobierno de Maura decidió retirar todas las monedas de 5 pesetas, fueran auténticas o falsas, en julio de 1908, cambiándolas por su valor nominal.

Entretanto, según informaba El Adelanto, 1908 agosto 12, el conflicto creado por la desmonetización de los duros sevillanos había alcanzado gravemente a Tomelloso, donde las ventas se hallaban totalmente paralizadas porque los comerciantes se negaban a admitir monedas de 5 pesetas. Para solventar el problema el Ayuntamiento tomó el acuerdo de poner en circulación 5.000 bonos por valor de una peseta firmados por el alcalde, siendo depositario de los mismos el síndico del Ayuntamiento.

Todo ello viene a cuento de situar las noticias aparecidas en la prensa de entonces según las cuales se descubrió en Tomelloso un caso de falsificación, al parecer relacionado con una red valenciana de falsificadores, por el que se detuvo a cinco personas. Y no por cualquiera, sino por un “capellán del asilo de las Hermanitas de los pobres”. “¡Allá va una noticia y de las gordas” escribía el periodista de El Graduador [5], 1903 julio 11, e informaba de que la Guardia civil de Alcázar, con la debida autorización judicial, registró la habitación de dicho capellán, encontrando troqueles y otros efectos para la falsificación de la moneda y algunas de éstas. Noticia que era recogida por otros periódicos, entre ellos El Heraldo de Madrid. 11/7/1903, p. 3. Al parecer, el asunto se descubrió por la delación de un sujeto de Valencia, a quien habían mandado 1.000 pesetas para que las puliese.[6]

Se incautó una máquina de la que únicamente faltaban troqueles, que se calculaba que funcionó por última vez hace mes y medio. Se encontraron también paquetes de cintas metálicas de cobre y calamina, materiales que pueden utilizarse en la acuñación de moneda, cuyo peso ascendía a 38 kilogramos. Fueron hallados también en macetas y colchones, monedas de plata con el busto de Alfonso XIII, del año 1898, que proceden de acuñación reciente que se sospecha que  pueden ser de acuñación clandestina y una pequeña prensa portátil para sellar monedas pequeñas, precisaba “El Porvenir”[7]: 1903 julio 19,  que continuaba informando [después de que  D. Eduardo Sánchez Aranda, cura vicario de la iglesia parroquial de Tomelloso, pidiera que se aclarase, para quedar a salvo su honra, que el sacerdote culpable no es cura de la parroquia, sino capellán de la Casa Asilo.[8]], que “El cura detenido es D. Modesto Dapazo y Moján, (y que) como cómplices han sido conducidos a la cárcel los vecinos de Tomelloso José Vicente Ropero y Francisco Tejero, y la Guardia civil busca con interés a Feliciano Martínez, a quien se considera partícipe en el negocio.”

Por todo ello, parece ser que el tal capellán, en lugar de fabricar, con obleas ácimas, sagradas formas, o con metales nobles, medallas de la patrona, entendió, más positivo fabricar con cobre y calamina, viles monedas falsas.

A pesar de haber buscado más noticias relativas al resultado de las actuaciones judiciales de los presuntos implicados anteriores, no las hemos hallado.

Madrid, 27 de septiembre de 2023.


[1] “El Adelanto”: Diario político de Salamanca: Epoca 2.ª Año XIX Número 5700 - 1903 junio 6, p.3.

[2] “La lucha”: órgano del partido liberal de la provincia de Gerona: Año XXXIII Número 7985 - 1903 julio 9, p. 2. 

[3] “La correspondencia de Valencia”: diario de noticias : eco imparcial de la opinión y de la prensa: Año XXVI Número 8876 - 1903 Agosto 06, p. 3. 

[4] “El Heraldo de Tarragona”: diario político, órgano del Partido Liberal Conservador de la provincia: Año I Número 112 - 1903 agosto 8, p. 2.

 [5]   El Graduador: periódico político y de intereses materiales: Año XXVIII Número 82312 - 1903 julio 11, pp 2-3.

 [6] El Heraldo de Madrid. 11/7/1903, p. 3.

[7] “El Porvenir”: periódico republicano: Año I Número 2 - 1903 julio 19, p. 3.

 [8] “El Liberal” (Madrid. 1879). 18/7/1903, página 3.

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