Opinión

Como dar el pelotazo

Ramón Moreno Carrasco | Miércoles, 20 de Diciembre del 2023
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La inmensa mayoría de nosotros, de una u otra manera, nos pasamos la vida ideando formas para obtener el triunfo y dejar de ser pobres de una santa vez, de lapidar el problema de cómo llegar a fin de mes, sufragar los malditos gastos imprevistos que un día sí y al otro también surgen porque el coche se avería, el frigorífico de pronto deja de funcionar, hay que comprar el material escolar para los vástagos o el teléfono móvil, que ahora es artículo de primera necesidad, no se te enciende ni a martillazos.

Así es como nos embarcamos en aventuras variopintas para dar el pelotazo, el clásico sueño americano que dirían algunos papanatas, en las que con un poco de suerte y mucho esfuerzo logras incrementar tu poder adquisitivo, pero no así dar el salto a ser una de esas personas podridas de dinero que salen en la prensa especializada y en la del papel cuché. Es decir, al final el triunfo obtenido es más que relativo y el capital acumulado logrado, una vez descuentas las deudas que aún conservas por eso de la financiación ajena, da para una jubilación algo más holgada en el mejor de los casos.

Resulta curioso observar cómo en esas elucubraciones que tanto sueño nos quitan siempre descartamos actividades que en el pasado eran muy rentables, por creerlas superadas con la alfabetización, la universalización del conocimiento y la evolución social, sin caer en la cuenta de que todo ello también es relativo y que la duda existencial de la que ya hablaban los célebres y clásicos filósofos sigue plenamente vigente en nosotros al día de hoy. A pesar de que, comparados con nuestros antepasados, ahora somos unos lumbreras de la leche y de tener a un golpe táctil tres mil años de historia, todavía llega un tipo o tipa ataviada con el atuendo adecuado, con cara de haberse fumado de golpe medio kilo de marihuana, diciendo que se le ha aparecido Dios con un mensaje más o menos apocalíptico y todavía hay incautos suficientes que se lo creen y te donan hasta la medalla del bautizo que conservan como tierno recuerdo de la santa madre que los alumbro.

A esta conclusión llegaba mientras en la televisión un excelente reportaje periodístico me ilustraba como un fulano ha logrado amasar una verdadera fortuna aquí, en las proximidades de una importante ciudad madrileña, viviendo en una finca de varias hectáreas de extensión, con servicio doméstico incluido, teniendo sucursales para su proselitismo en toda España, lo que complementa con negocios mobiliarios e inmobiliarios de índole diversa. El caso es que el tipo es un genio, aunque parece ser que carece de estudios avanzados, siquiera teológicos, y para poner en funcionamiento su entramado carece de trabajadores, sustituyéndolos por voluntarios/as que se prestan a hacer las tareas que sean necesarias para obtener la anhelada salvación, a los que les da de comer y algo de ropa. Los pocos voluntarios que se prestaron a responder las preguntas de la periodista manifestaban haber alcanzado sublimes estados de felicidad por el hecho de ser plenamente consciente de la dual finalidad de su abnegado esfuerzo, ganarse el paraíso celestial y ayudar a la mejora de vida de los desahuciados, aunque se demostró que esa ayuda iba a parar a las cuentas corrientes del líder.

En realidad estas personas son trabajadoras a tiempo completo del “iluminado” de las narices y su descendencia, en la que una de las hijas parece tener un papel relevante debido a su total ausencia de empatía para los que considera sus esclavos, las cuales cuando se dan cuenta del timo es demasiado tarde, viéndose inmersas en un leonino mercado de trabajo carentes de experiencia laboral y quedando en situaciones de extrema vulnerabilidad.

Días después me entero de que algo similar está ocurriendo en Murcia, si bien en este caso la propuesta religiosa tenía raíces orientales, con una estatua de un tal Buda, que lo mismo les suena de algo, que se veía desde lejos por su gran tamaño y aquelarres en los que utilizaba plomo que antiguos mineros de Almadén le proporcionaban. El caso es que éste está de momento detenido, pues el plomo es un material muy peligroso para la salud, mientras sus acólitas, y quien sabe si amantes también, llamaban a la policía porque el reportero de turno estaba haciendo su trabajo, informar desde el lugar de los hechos e intentar obtener testimonios directos.

En el plató analizan la situación expertos en la materia, con el presidente de la Asociación de Víctimas de Sectas o algo así incluido, adelantando que se personarían en la causa, ¡faltaría más!, en las que me dejaron noqueado el disco duro. Mientras el forense afirmaba que era un demente mental, otros discrepaban afirmando que se trataba de un listo de la vida con fines lucrativos. Sea como sea lo objetivo es que el registro realizado por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado duro la friolera de 12 horas, en el cual se incautaron, entre otras cosas, 30.000,00 € en metálico.

Para terminar de capar al gorrino, con esto de las entrañables fiestas navideñas y los dispendios a ellas asociados, pues en su ausencia no hay celebración digna de mención, decido ir a la capital del reino, Madrid, para ver como hacen caja los de siempre y cambiar de aires. El caso es que, buscando una emisora de radio, doy con una con un nombre ambiguo y por mera curiosidad la pongo y bingo, una bonita y conmovedora voz de mujer cuenta su aciaga vida, malos tratos del padre, violaciones, problemas de salud mental y esas cosas que suelen ocurrir en el lado chungo de la vida. En el último intento de mandar todo a tomar por el saco pide al demiurgo creador confirmación de que esta es su voluntad, cuando de repente se encamina a una iglesia en que ipso facto queda sanada.

Meses después la susodicha cae enferma con un diagnóstico fatídico, morirá en las próximas horas o días y ni el espíritu santo la salvará, palabras textuales. Pero ella confía lo contrario y, efectivamente, para asombro de todos los facultativos se sana sin aparente explicación científica, sintiendo una vital necesidad de volver a ir al altar del monte Sinaí a agradecer la bendición, que supongo será de forma metafórica, aunque no me queda claro el asunto.

¿Será posible? ¿Estoy en presencia de mensajes subliminares para que cambie radicalmente mis pecadores hábitos de vida? ¡Maldita sea mi estampa! Pienso. Reconociendo que el testimonio me ha impresionado, e incluso perturbado, decido seguir con mis planes y cuando me dispongo a tomar algo hecho un rápido vistazo sobre la emisora y, ¡eureka!, son una confesión proveniente de Sudamérica a cuyo supuesto dueño le adjudican el epíteto de “magnate”, matizando que el “obispo”, textual, niega dicha conexión. Esta iglesia intentó por dos veces entrar en la federación española de confesiones evangélicas, que tiene miembros plenos e invitados, denegándosele su solicitud en ambas ocasiones y de sendas formas. Teniendo en cuenta que nuestro país es indiscutiblemente de tradición católica, no deben andar muy sobrados como para denegar así como así a acólitos, pero parecen medianamente rigurosos y han pedido preceptivos informes jurídicos y teológicos a personas independientes y los han mandado a mamarla a Parla, dicho en corto y para entendernos.  

No deja de ser curioso, que en la última vez junto con su petición había otras 80, solicitud arriba solicitud abajo, que fueron aprobadas todas ellas, lo cual ya da indiciariamente pistas de que algo grave o escandaloso han de haber detectado para no quererlos siquiera como invitados.

Como tenía pensado escribir este artículo, es más lo tenía a medias, investigo por encima, googleando que se dice ahora, y descubro que es el paraíso terrenal, tal cual, con ellos no necesitas médicos, tienen cultos para sanación, para encontrar pareja, para asuntos profesionales y financieros, con testimonio de que un miembro por intercesión del altísimo encontró el trabajo que buscaba con el salario que él consideraba que debía ganar incluido, estudios bíblicos, etc. Hasta encuentros de solteros para encontrar la pareja adecuada, pues no son aconsejables uniones sentimentales en yugos desiguales. Nada de flechazos y enamoramientos locos para después por el divino amor cambiar al reluctante y futuro cónyuge.

Elemento esencial de todo el tinglado, y ahí es donde esta la madre del cordero que dirían los más castizos, es que para obtener todas esas bendiciones hay que diezmar, aunque vivas en la más absoluta indigencia y a pesar de que el antedicho “magnate” tiene un capital tan cuantioso que le hace aparecer como una de las personas más ricas del mundo en los distintos estudios de los más reputados eruditos en la materia, tiene pasaporte diplomático del país de donde es oriundo, otorgado por gobiernos democráticos de diversas, y hasta en ocasiones antagónicas, ideologías, demostrando su conexión con el poder, y lleva una vida versallesca. Al acólito también se le exige, ¿Cómo no?, que dedique parte de su tiempo a la obra en el formato de voluntariado.

La realidad de todos los casos es la ausencia de delito penal, pues toda práctica está amparada por la libertad de culto, debiendo matizar que en las denominadas confesiones oficiales también ahí abusos similares a los descritos y, en más ocasiones de las deseables, verdaderos emporios capitalistas cuyo boato y suntuosidad ponen de manifiesto la verdadera magnitud y prosperidad del negocio. A ello hay que añadir que los/as insensatos/as que se adhieren son mayores de edad y con plena capacidad para tomar sus propias decisiones.

Es un negocio viejo que hoy por hoy funciona. Solo hace falta tener más jeta que espalda, total ausencia de escrúpulos, una apariencia cuanto más estrambótica mejor, cuatro conocimientos básicos de teología y un técnico en sugestión y persuasión coercitiva. Si todo ello lo acompañan con un jurista especialista en la libertad religiosa y sus matices para no incurrir en ilegalidades, tendrán un negocio que a medio plazo terminará haciéndoles millonarios.

 Ramón Moreno Carrasco es doctor en Derecho Tributario

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