Uno de los aspectos que definen a quienes formamos parte de la sociedad actual tiene que ver con la apariencia física hasta el punto de no existir un canon estético que la represente de manera única.
Hoy cada cual viste y calza sin tener en cuenta, al menos como primera condición, la elegancia, sino la comodidad. Ropa sin necesidad de plancha, no porque la arruga siga siendo bella, sino debido a que los tejidos y prendas que habitualmente llevamos están exentas de su uso. Una forma de vestir frecuente, que no exclusiva, en el colectivo de las personas jóvenes, donde abundan las camisetas y sudaderas de colores variopintos, sin pretender conjuntar colores. Algo que no podemos decir sin embargo del calzado, un accesorio al que dan mucha más importancia, sobre todo a la hora de gastase los dineros. Solamente quienes ejercen un trabajo cara al público, se “disfrazan con atuendos profesionales” durante el tiempo en que ejercen su cometido.
Una apariencia física que no se limita a la vestimenta sino que comprende también la estética de cabello y barba. Cortes de pelo que ofrecen casi infinitas posibilidades, en algunos casos auténticas obras de arte en cuanto a sus acabados y teñidos…barbas de uno, dos, tres o cuatro días…todo cabe como una forma habitual de apariencia.
El aspecto físico, es un tema al que no demos hoy demasiada importancia. Que lo mismo nos ponemos unos pantalones rajados, combinados con una chaqueta y zapatillas de deporte.
Quizá todo esto responda a la mentalidad imperante en una cultura donde no existen tampoco patrones o ideas objetivas, sino apreciaciones individuales. La ventaja de esta indeterminación pueda ser una expresión de libertad y porque no, una muestra de aquello que pensamos y llevamos dentro. Algo por dónde empezar.
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Jueves, 1 de Mayo del 2025
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