El refundado bar alzó el telón el pasado 11 de abril. “Vino mucha gente a la inauguración y muchas personas nos dijeron que tenían muchas ganas de que volviéramos a abrir. La verdad es que tuvimos una acogida muy buena”, empieza diciendo Dani que se siente orgulloso de continuar con el bar que abriera sus abuelos Carlos y Angelines hace más de medio siglo. “El bar estuvo abierto mucho tiempo y no deja de ser un sentimiento familiar también, un legado que sigue adelante con otra generación nueva. Cuando se presentó esta oportunidad no me lo pensé, entre otras cosas, porque la familia me apoyó mucho”.

Carlos cerró el bar hace diez años, concidiendo con su jubilación. "En este periodo ha habido algunos alquileres, pero en cierto modo el bar siempre ha sido el Medrano y ahora ha vuelto a resurgir. El establecimiento mantiene su misma filosofía de ser un bar de cañas, raciones y buenas tapas. Quizá mi aportación vendrá con el tema de los cócteles con la intención de atraer a gente joven”, explica Martínez. Al joven emprendedor no le asusta la competencia que pueda existir en el sector de la hostelería. “Pienso que cada uno tiene su público y hay gente para todos. Yo no vengo a quitarle clientes a nadie, simplemente vengo a hacerme ni hueco y ganarme la vida como hacen los demás con ilusión y trabajo”.

El sector hostelero es sacrificado porque implica trabajar cuando la gente se divierte, pero Dani lo tiene más que asumido. “A mí no me pesa porque voy a trabajar en algo que me gusta. El oficio es relacionarse mucho con la gente. Creo que hay que tener empatía y agrado con el público para que se sienta como en casa y con buena comida y cerveza fría”.

Dani sigue jugando al fútbol en Argamasilla de Alba con el Atlético Cervantino y compaginará su trabajo al frente del bar con la preparación de unas oposiciones a la Guardia Civil. “La verdad es que tendré que organizarme bien, pero estoy muy ilusionado con el proyecto que inicio. Con el bar sigo los pasos de mi madre y con las oposiciones de mi padre", señala.

Al final lanza un mensaje de bienvenida. "Aquí tienen su casa para todos los que quieran venir. Core que el hecho de vivir en Tomelloso, jugar al fútbol en Argamasilla y tener el bar en Socuéllamos me asegura clientes de casi toda la comarca. La verdad es que estoy muy contento y espero que el bar vaya dando sus frutos y lo pueda mantener abierto muchos años, como mis abuelos”, concluye.