Ese espíritu emprendedor que tanto distingue a los tomelloseros se transmite de padres a hijos. Así ocurre en el caso de Carolina Vecina que regenta la tienda de bebés “La Cigüeña”. Ella siempre tuvo como referente y maestro a su padre, Manuel Vecina, que durante muchos años dirigió un taller de venta y reparación de bicicletas y motos en la calle Oriente, establecimiento que prestó un excelente servicio en la ciudad. Ahora es Carolina la que defiende su negocio con profesionalidad, vocación, mucha empatía y teniendo siempre muy presente que tiene que asesorar de la mejor manera a madres y padres en un momento tan ilusionante de sus vidas como es la llegada de un hijo. 

Carolina recibe al periodista en su tienda, a primera hora de una tarde de junio. Un año acaba de cumplir al frente del negocio y, como explicará en esta entrevista, el balance es muy positivo.

-¿Cómo se gestó su llegada a esta tienda La Cigüeña?

-La tienda estaba ya aquí y decidí  coger el traspaso. Antes estuve 23 años en Talenti  trabajando como encargada, pero desde que fui madre conocí este mundo de la puericultura y fue algo que me apasionó. Empecé a investigar, a curiosear con las novedades y descubrí lo amplio, complejo y maravilloso que es el mundo del bebé. Esto combinado con mi experiencia en el comercio me empujó a dar el paso para emprender este nuevo camino.

-Y un año después…¿cómo valora el camino andado?

-Me siento agradecida y afortunada por toda la gente que me ha apoyado, empezando por mi familia y terminando por los clientes. He tenido la suerte de conocer a personas maravillosas que han confiado plenamente en mí en un momento esencial de sus vidas como es el nacimiento de un hijo. El trabajo es apasionante precisamente por esto porque las parejas vienen con ilusión, también con algo de incertidumbre, y te ves en la obligación de asesorarles y ayudarles lo mejor posible. 

-El mundo que rodea al bebé reviste una complejidad importante ¿no es así?

-Cubrir las necesidades de un bebé implica muchas cosas: su descanso, la alimentación, el baño, el juego, los trajecitos, el confort en el paseo, su seguridad en los viajes con las silla de auto…abarca muchísimo. Es un momento de la vida que provoca gran ilusión para los padres, los abuelos, también para los amigos que regalan cosas.

-¿Cómo cree que hay hacer frente a la competencia?

-La competencia que más nos afecta es la venta on line, pero nosotros jugamos la baza de la cercanía, la empatía con el cliente, el asesoramiento. Trabajamos mucho las listas de nacimiento en las que seleccionamos todos los productos que puede necesitar el bebé. Esa lista la digitalizamos y de este modo facilitamos la elección del producto a los clientes. Se trata de ponérselo la más fácil posible. Nos movemos en redes sociales y tenemos también un página web.

-¿Qué me puede decir de su clientela?

-Estoy muy agradecida porque los papis que vienen luego vuelven a venir. Los bebés van creciendo y necesitan otro tipo de cosas y la verdad es que hay una clientela fiel que cuando entra en la tienda procuramos que se sienta como en casa.

-¿Observa más animación en el comercio actualmente?

-Cuando estuve en el sector de la moda tenía sus temporadas y sus momentos, pero el mundo del bebé está marcado por la natalidad, es decir, que nazcan más o menos niños. En cualquier caso, llevo solamente un año y es a partir de ahora cuando podré realizar las comparativas. Pero estoy con ilusión y ganas de trabajar y confío en que las cosas sigan saliendo bien.

-En definitiva, está satisfecha después del primer año de andadura…

-Me siento orgullosa de este primer año y al mismo tiempo  agradecida a todos aquellas personas que he tenido la suerte de conocer. El hecho de que confíen en mí me reconforta y me siento en la obligación de darles lo mejor prestándoles ayuda, desde el cariño que luego la gente me devuelve con creces.