Prefiero tomar una cerveza en un sitio con muy buenas tapas, y un acogedor ambiente. Pero vengo observando una constante subida de precios muy continuada, y no correspondiendo a la calidad o la variedad de sus tapas, en estos momentos. No cabe duda de que los precios del mercado en general han experimentado un notable incremento en los costos.

Sin embargo, la subida de precios se ha aumentado de esa manera tan rápida y desproporcionada. Que se deberían adoptar ciertas medidas en lo que respecta a los controles de precios, y también al servicio, que últimamente deja bastante que desear en ciertos restaurantes, ya no solo en la hostelería, es donde se observa sino también en los sitios de productos de consumo diario, como pueden ser en los supermercados.

Respecto al tema de la hostelería. Considero que un reajuste de precios para ver los beneficios, que sería sumamente importante, y preciso para garantizar la eficacia de la atención de los clientes y consumidores en cuestión, a fin de evitar la pérdida de ese momento de ocio, también adquirido en la costumbre española.

Sin embargo, la situación económica, y las necesidades que se presentan nos han llevado a prescindir, en ciertos momentos de frecuentar, los establecimientos gastronómicos, y restaurantes, debido a los precios y las subidas que han experimentado en los últimos tiempos. La presencia de dos reflexiones, acerca de la necesidad de asistir a un establecimiento gastronómico, o simplemente a un espacio abierto para tomar un café, con nuestros compañeros, es una tarea que se intensifica con mayor frecuencia. Y se volverá a perder en parte, como una costumbre habitual…

Porque ahora digo yo. Si nos preguntáramos, cuanto costaba un café en la hostelería, según decía Zapatero, son 0,80 céntimos de euros, recuerdo haberlo oído. ¿Sabría decirme ahora el precio que cuesta ese mismo café en la hostelería?