Berlín 2024 catalogada como “Major” junto a Londres, Chicago, Boston, Nueva York y Tokio; ya es historia dentro del club tomellosero, gracias a Fran Fernández y a Francisco Chicote; siendo para ambos su segunda “Marathon Major” tras Londres ‘23.

Un tiempo de 2:38:07 marcó Fran Fernández, que a sus 51 años, volvía a correr su 10ª Marathon por debajo de 2:39:59, desde aquel 2:35:16 de su primera Marathon en Madrid ‘98, pasando por la de Roma ‘07 en 2:31:41. Ya son 26 años de trayectoria en la marathon para un atleta popular como él que destaca por  la regularidad y durabilidad de marcas Sub 2:39:59 en el tiempo. Para Fernández, “ahora toca una retirada parcial importante. Es más que necesario, un tiempo para resetear y volver a intentarlo nuevamente en 2026”

2:39:01 para  Francisco Chicote, que tras varios años de espera, un par de intentos frustrados y otros retos de por medio, el deseado sub 2h40’ en maratón era una marca que inevitablemente se venía resistiendo, aunque fuera por muy poco. El deseo era hacerlo en una de las grandes a nivel mundial. Y ya que no pudo darse el asalto en Londres ‘23, debido a una lesión que le impidió prepararlo con normalidad, Berlín era la opción más atractiva, por plazos y recorrido.

Tras un verano de duro entreno, y mientras se recuperaba de una nueva lesión, Chicote llegaba al final de la preparación con plenas garantías de ir a por ello. 42.195 metros casi perfectos, disfrutando de cada momento y kilómetro. A ritmo constante y regular, sacando todo lo entrenado, aunque por momentos ligeramente conservador, dosificando esfuerzos para que no apareciera en ningún momento el famoso “muro”.

Finalizando el maratón, pasando bajo la imponente Puerta de Brandemburgo, imprimía un último cambio de ritmo enfilando los últimos metros sabiendo que estaba prácticamente hecho. Solo quedaba pisar la gran alfombra azul y cruzar la línea de meta, 2h39’01”. El objetivo estaba conseguido, y rebajando en más de 2 minutos su anterior marca personal. 

En la meta le esperaba, Fran Fernández, que había llegado un minuto antes, para fundirse en un fuerte y emocionado abrazo al grito de "¡Vamos Manchathon!, conscientes de que acababan de haber sido Quijotes en tierra de Gigantes.