Tomelloso

Carlos Pérez Marín: «Hay que saber como, donde y cuando poner la música en una película»

Hablamos con el compositor de la música de “El destripador de Tomelloso”, doblemente galardonado por la banda sonora de “Liberté”

Francisco Navarro | Viernes, 8 de Noviembre del 2024
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El pasado 31 de noviembre se estrenaba el corto “El destripador de Tomelloso” en los Cines La Dehesa. Como saben nuestros lectores, la música de la cinta dirigida por Néstor Grande ha corrido a cargo de Carlos Pérez Marín. El compositor ha visto recientemente como la banda sonora que ha elaborado para el corto “Liberté” —realizada por Martin D. Guevara— ha sido premiada en dos importantes festivales, el de Cine Social de Majadahonda y en los Premios Pávez de Talavera.

Aprovechamos que el músico ha estado en el estreno de “El destripador…” para tomar con él el aperitivo el día de los Santos en el Mercado de Abastos. El emblemático espacio está lleno, se nota que es festivo. Hablamos, sobre todo, de música y de cine; de su recorrido musical, de sus proyectos y de la importancia del arte de Euterpe en la educación. Aclara que, a pesar de lo que hemos publicado, no ha nacido en Tomelloso, aunque sus cuatro abuelos y sus padres son de la ciudad. A pesar de esa circunstancia, que no deja de ser un dato en su currículum, se siente muy tomellosero, cada vez más.

—¿Cómo ha sido su experiencia en la película?

—Ha sido muy intensa, aunque mi trabajo en “El destripador de Tomelloso” haya sido muy corto. Hemos tenido muy poco tiempo para terminar y organizar la música. Es cierto que llevo en la producción del film desde antes del verano, pero la composición de la banda sonora siempre se hace después, cuando la película está grabada y montada. He tenido, literalmente, diez días para terminar la música, la he acabado en un tiempo récord y con medios muy limitados. Pero creo que ha quedado bastante bien, estoy contento con el trabajo.

—Usted tiene, a pesar de su juventud, una dilatada experiencia en la composición de bandas sonoras, ¿no es así?

—Llevo bastantes años componiendo música para cortometrajes. Por fin estoy empezando a ver que mi trabajo despunta y comienza a ser reconocido, eso se agradece siempre. Pero todavía me queda mucho camino por andar; estoy deseando que llegue mi oportunidad en un largometraje ya que hasta ahora no he pasado de los cortos.

—¿Cómo llega a la música?

—La música llegó a mí desde que nací. De pequeño cantaba muy bien, además, tenía mucho oído. Me apuntaron a piano en el colegio con 5 años y a los 9 mi profesor me dijo que valía y me animó a apuntarme al conservatorio. Hice la prueba, me cogieron, y estudié toda la carrera.

—¿Le costó mucho?

—La verdad es que al principio yo no quería ir al conservatorio, era muy pequeño y no me apetecía meterme en otro lugar y, encima con gente nueva. Si no hubiese sido por el apoyo y la insistencia de mis padres, que ahora agradezco enormemente, no habría seguido. Si llega a ser por mí no habría continuado en el mundo de la música. Gracias a ellos sigo aquí y puedo dedicarme a lo que me gusta.

—La música se considera, en general, como algo complementario de las “asignaturas serias” …

—Eso ocurre en muchas ocasiones. Además, en la mayoría de las familias, cuando un hijo o hija quiere estudiar música, le hacen que curse otra carrera. La mía siempre me ha apoyado en ese sentido, en los estudios en el Conservatorio Superior, Composición, en mí caso. Me han animado a que no lo deje porque tengo talento para la música. Además, estudie Comunicación Audiovisual porque yo quería. Pero mis padres siempre han tenido claro que lo mío iba a ser la música.    

—Ha unido música y cine con sus estudios…

Aunque la carrera de Comunicación Audiovisual no la disfruté mucho, no me parece que está bien enfocada, de ella me llevé mi amor por el cine. El del cine es el mundo que más disfruto y que más me gusta. Pensar que me dedico a poner música a las imágenes me da mucha alegría.

—¿Están los grandes compositores actuales en el cine?

—Para mí, sí. Es verdad que a música clásica actual tiene dos grandes divisiones. Por un lado, el mundo del cine y, por otro, el de la música contemporánea. Son completamente diferentes y, a mí juicio, se contraponen demasiado y en muchos casos se rechazan. La música contemporánea desprecia mucho la que se hace para el cine por ser demasiado comprensible, demasiado popular. Pero la música del siglo XX que se recuerda sin, por ejemplo, las bandas sonoras de John Williams. Por el contrario, el mundo más elitista del conservatorio, por así decirlo, reconoce a otros artistas, más contemporáneos. Pero la gente, a nivel general, la que recuerda y con la que disfruta es con la música del cine, que a mí me gusta muchísimo, insisto.

—Tengo entendido que usted también estudio Música Contemporánea, ¿es cierto?

—He estudiado cuatro años de Música Contemporánea en el conservatorio, hay mucha de ella que me gusta, pero no es con la que más disfruto. Y, sin duda, no es la que a mí me gusta componer.

—La composición parece, para un lego, complicadísima…

—Es cierto, es muy complicada. Mientras estudias te pueden enseñar técnicas o construcciones musicales de otras épocas para que las conozcas y te puedan servir de herramienta. Pero la composición requiere una intuición musical que se ha de practicar durante muchos años. La base fundamental para ser compositor es la sensibilidad musical. Me parece muy complicado enseñar composición; yo no sabría hacerlo.


—¿Cómo acabó componiendo para el cine?

—La verdad es que no lo sé. Desde pequeño me ha llamado la atención el mundo del cine y el de la televisión. Cursar la carrera de Audiovisual y ver muchas películas premiadas, de estar al día de los Oscar o los Goya ha hecho que atesore una gran cultura cinematográfica, sobre todo actual.

—¿Cuáles son sus directores favoritos?

—Muchos, muchos… Me gusta mucho Rodrigo Sorogoyen, me parece el mejor director español actual, hace un cine impresionante. Hay otras directoras como Pilar Palomero, que ha hecho “Las niñas” o “La maternal” que son películas que me encantan. A nivel internacional me gusta mucho Cristopher Nolan, que conjuga muy bien el cine comercial con el de autor. Tarantino me parece otra maravilla de director…

—¿Y compositores de cine?

—Para mí John Williams es el dios, me parece el mejor compositor de la historia del cine. Pero hay otros que me gustan mucho, Alexandre Desplat, o John Powell con la maravillosa banda sonora de “Cómo entrenar a tu Dragón”. Del cine patrio me gustan mucho, Alberto Iglesias, cómo no, o Roque Baños, que me parece un gran músico. Tengo muchos referentes… Hans Zimmer, obviamente más comercial, pero me parece otro genio.

—Una banda sonora suya, la del corto “Liberté”, ha sido doblemente galardonada…

—Hace un año y medio hice la música para la película, también en muy poco tiempo. Es un corto del que estoy muy orgulloso, desde el primer visionado me gustó mucho. Es verdad que cuando los compositores estamos empezando tenemos que colaborar mucho, trabajando algunas veces hasta sin cobrar para darnos a conocer. Pero, aunque no te paguen, si te metes en un proyecto en el que crees y que puede tener proyección, lo haces con todo el gusto del mundo.

—¿Y eso fue lo que usted hizo con “Liberté”?

—Se trata de un film que me parece muy importante, trata sobre la libertad de las mujeres, que puedan viajar por el mundo sin ser atacadas, sin ser violadas, sin ser asesinadas, que en muchos casos ocurre; es muy mensaje muy importante que hay que trasladar. Además, el corto está muy bien hecho, muy bien interpretado y me encantó participar en el.

—Es curioso, los premios de los cortos no se suelen dividir en categorías, y usted ha obtenidos dos premios a la Banda Sonora en sendos festivales…

—Es verdad, en los festivales de cortometrajes no se suelen dar premios al mejor actor o actriz, o al mejor guion o banda sonora. Se premia al mejor corto de ficción, al mejor documental o a la mejor cinta de animación. Son muy pocos los certámenes que distingan y señalen el trabajo de todo el equipo. El primero que gané fue el del Festival del Cine Social de Majadahonda, previamente fui nominado a la mejor banda sonora. Ha sido el primer premio que he ganado y ha coincidido con la primera edición del festival.

—Y después, el Premio Pávez de Talavera.

—A la semana me nominaron para los premios Pávez de Talavera de la Reina, se trata de uno de los certámenes más importantes en el mundo de los cortometrajes. Daba por hecho que no iba a ganar y cuando dijeron mi nombre no daba crédito. No llevé nada preparado y tuve que improvisar un discurso. Fue una gran sorpresa, de hecho, todavía sigo en shock. Es un premio muy importante que me entregaron en una gran ceremonia en el Teatro Palenque con Marisa Paredes dando un maravilloso discurso de clausura.

—Por cierto, la música puede potenciar una película, o cargársela completamente, ¿no cree?

—La música es muy importante para un film, es cierto, te lleva a encumbrar una película o a fastidiarla por completo. Las películas requieren más o menos música, unas tienen una banda sonora más sutil o en otras es mucho más importante. En “Liberté”, por ejemplo, es más tenue y en “El destripador de Tomelloso”, cobra un matiz más importante. Hay que saber como, donde y cuando poner la música para que ni sobre ni falte.


—Y la pregunta del millón, ¿cómo traslada las imágenes que está viendo al pentagrama?

—Verdaderamente es complicado, es un trabajo de ir probando, de ir viendo las escenas, tratando de entender la narrativa y lo que el director quiere transmitir con cada secuencia. Hay veces que está todo muy pautado por parte del realizador, pero otras te deja total libertad creativa. Entonces tú tienes que decidir cuando, como y por qué.

—¿Cuál es su relación con Tomelloso?

—Me gustaría aclarar que, a pesar de lo que se ha publicado en algunos medios, también en este, no soy nacido en Tomelloso. Es verdad que mis cuatro abuelos son de aquí, que mi padre nació y vivió aquí hasta los 18 años, que mi madre también vivió una temporada y que tenemos una casa en el pueblo a la que venimos seis u ocho veces al año, o las que hagan falta. Yo cada vez lo disfruto más y me gusta más venir a Tomelloso.

—¿Nos puede adelantar sus proyectos?

—Actualmente no puedo vivir de mis composiciones, soy profesor de Música en un colegio de Madrid, el Trinity College; soy el responsable de la asignatura en Secundaria. Me llegan proyectos, este mes empiezo con un nuevo corto, me gustó mucho el guion, creo que puede quedar chulo… Y no sé si contactarán conmigo para la música del largometraje de “El destripador de Tomelloso”, que en el estreno dijo Néstor Grande, su director, que está preparando. Creo que el encontrarme ahora en pleno boom de premios y estrenos puede hacerme resaltar.

—No me resisto a preguntarle, ya que es docente, por el arrinconamiento de la Música en los planes de estudios…

—Ya no está en Segundo de la ESO, solo es asignatura obligatoria en Primero y Tercero; en Cuarto es optativa… Aún así, es complicado, es necesario que captes la atención de los chicos y chicas. Tampoco te puedes embarcar en lago que les complique mucho la vida, no vas a convertir la de Música en una asignatura que se les atragante, solo faltaría. Hay que intentar que lio pasen bien, que disfruten, que aprendan un poco, que toquen en grupo, que se escuchen, que cojan unas bases y que conozcan la música en otros contextos.

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