Tomelloso

La poesía de Félix Grande en el contexto analógico

Dionisio Cañas | Domingo, 2 de Febrero del 2025
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La poesía es una mentira en la que se descubre la verdad de la vida.

 

La poesía de Félix Grande es, fundamentalmente, autobiográfica o, como se suele decir ahora, “autoficción”. Pero no se trata de una poesía exclusivamente narcisista, que también lo es, sino que se sitúa, se posiciona, en el ámbito de una época muy concreta: la de la segunda mitad del siglo XX. Por lo tanto, si desglosamos el conjunto de su obra poética completa, cuyo título no puede ser más explícito, Biografía, constatamos que no se trata solo de una autobiografía sino también de una “radiografía” sentimental y social, estética y ética, amorosa y erótica, poética y musical, existencial y espiritual; es decir, su poesía es un espejo y un reflejo de su época, de la época analógica en la que vivió y escribió.

 

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¿Qué queremos decir por contexto analógico (1961-1978)?

La poesía se escribe siempre desde un momento histórico muy concreto: en el caso de la poesía de Félix Grande, como ya he mencionado, fue escrita en España entre 1961, Taranto. Homenaje a César Vallejo y Las rubáiyatas de Horacio Martín, 1978.

 

Como podrán ver, unos diecisiete años que comprenden parte del periodo de la dictadura franquista y el principio de la democracia española. Luego, unos años antes de morir, nos sorprendió con un último tomo de poesía, Libro de familia, en el 2011, desgarrador y tan autobiográfico como su famoso La balada del abuelo Palancas (2003).

          Estos dos “hitos” de la política y de la sociedad españolas, con lo padecido por sus padres durante la guerra civil y la inmediata posguerra, van a condicionar los referentes esenciales de su obra poética, que, como anunciaba en el título de esta charla, son todos, esos referentes, de una época anterior a la “Era digital” (de la que hablaré brevemente después).

          No obstante, esas líneas fundacionales de su obra poética que giran alrededor de su yo “solitario y solidario”, como escribiera Octavio Paz, se enriquecen con una total apertura a otros referentes internacionales: europeos, latinoamericanos y norteamericanos. No se trata, pues, de un poeta ensimismado que se inscribe en la estela de la mejor poesía española desde Jorge Manrique hasta la Generación del 27, sino que también se abre a la experimentación de las tres primeras décadas de la poesía internacional del siglo XX; con su singular apego a la poesía latinoamericana y a la poesía francesa.

          Especialmente en su libro Blanco sprituals (1967), como un valor añadido, la poesía de Félix grande se contagia del cante flamenco, de la música de su época, del jazz, de la canción española, latinoamericana, norteamericana, inglesa y francesa: menciona nombres como el del guitarrista flamenco de Valdepeñas, Alfredo Fillol (1887-1942), comparándolo con Beethoven, Manolo Caracol, Juanito Valderrama, Charlie Parker, Luis Armstrong, John Coltrane, Fats Willer, Billie Holliday, Joan Baez, los Beatles, Edith Piaf, Charles Aznavour, Silvie Vartan, además de varios nombres de la música clásica.

En el poema “Cobrizo spirtual (Homenaje a la Antología de Manolo Caracol ), define así lo que para él es el cante y un palo del flamenco en particular: “Pues, ¿qué es el cante? ¿qué es una siguiriya? / ¿no es algo roto cuyos pedazos aúllan / y riegan de sangre oscura el tabique de la reunión? / ¿no es la electricidad del amor y del miedo? / ¿no es la brasa que anda por entre el vello de los brazos sobresaltando a la miseria y al ultraje que nos desgastan? / ¿no es el cante una borrachera de impotencia y coraje, una paz sísmica, un alimento horrible?”

          En directo o en discos de vinilo, en la radio o en conciertos y juergas, Félix Grande afina su oído, no solo para tocar la guitarra él mismo, sino también para convertirse en un diestro hacedor de poemas que van desde textos escritos con una métrica clásica impecable hasta versos libres y experimentales, pasando, claro está, por canciones exclusivamente para ser cantadas por cantaores flamencos.

          Esta versatilidad auditiva y escritural, esta poesía tan variada en temas como en ritmos, hace que cuando se trata de clasificar a la poesía de Félix Grande, los críticos más tradicionales no saben muy bien donde situarlo, no solo desde el punto de vista generacional, sino también desde el punto de vista estético: ¿Poeta del realismo social, poeta narrativo y experimental? No saben, o no quieren saber, los críticos, que un poeta puede navegar por diferentes estilos y por temáticas muy variadas, siendo fiel a su tiempo y a la época que le ha tocado vivir, pero infiel al estancamiento del “estilo”, de los temas, de las estéticas dominantes, de las clasificaciones generacionales (muy prácticas para la enseñanza de la literatura, pero inoperantes para poder reconocer el valor individual de una obra poética).      

Con solo repasar los títulos más relevantes de su poesía podemos constatar esa variadísima capacidad estética de Félix Grande: Taranto (Homenaje a César Vallejo), Las piedras, Música amenazada, Blanco spirituals, Puedo escribir los versos más tristes esta noche, Biografía (1964-1971), Las rubáiyatas de Horacio Martín (1978), Biografía. Poesía completa (1958-1984), Libro de familia, 2011, y, aumentada y corregida, su poesía completa en una nueva edición de Biografía (1958-2011), tres años antes de su muerte.

 

Son muchos los elementos que en todos estos libros de poesía nos permiten afirman que la obra Félix Grande hay que situarla en un contexto analógico para entenderla. Desde su primer libro confiesa que está “impregnado del siglo XX”. Aparecen imágenes que son ya reliquias antropológicas como “el cántaro”, “cántaros de agua”, o del mundo rural, “caminos de polvo color uva”, “hoces” para segar, de “visillos”, los recuerdos de su infancia en Tomelloso. Nos habla de “este enloquecimiento moderno”, de oficios antiguos como los “pregoneros”, de “cartas” escritas a mano, de la prensa diaria en papel, cita anuncios laborales en los periódicos, habla de “los que se sientan frente al teléfono” (fijo, claro está), de “las hojas del calendario” de papel, y del “papel carbón” que se utilizaba para generar una copia de lo que escribía con “máquinas de escribir” analógicas, de “los hilos del telégrafo”, de “tocadiscos”, etcétera. Todo un contexto que indica que su poesía, y su vida, transcurren primero en un periodo totalmente analógico y, ya desde los años 90 en una transición hacia la era digital que en absoluto influyó en la vida y en la obra de Félix Grande. 

Por otro lado, durante el periodo que el autor escribe su poesía, las relaciones sociales son muy diferentes a las de ahora en la capital de España: asiste a tertulias literarias en Madrid, sus amigos y amigas tienen costumbres en las cuales “charlar” forma parte de la vida cotidiana, donde pasar mucho tiempo hablando en un café o en una casa, no es “perder el tiempo”, donde acoger a su amigo más querido en cualquier momento (sin cita previa), el poeta Eladio Cabañero (con quien compartió su adolescencia en Tomelloso, y quien iba a comer con su mujer y su hija diariamente), donde se puede quedar con un amigo o una amiga a cualquier hora del día o de la noche por el solo placer de hablar y de beber unos vinos o unas cervezas en cualquier bar, donde se puede ir a cualquier restaurante sin haber reservado antes…Todos son elementos que caracterizan que la interacción social era muy diferente antes de la aparición de Internet, de la redes sociales, de los teléfonos móviles y, en general, de la esclavitud, y de las virtudes, de la era digital.

¿Pero cómo puede afectar la digitalización de nuestro entorno a la poesía en general? Pues empecemos por poner el nombre de Félix Grande en el buscador de Google y lo que nos sale es la apabullante cifra de “aproximadamente” 76.700.000 resultados. ¿Qué hacer si uno no conoce de primera mano la obra de Félix Grande? ¿Y qué puedo yo, Dionisio Cañas, aportar de nuevo que no esté ya en Internet?

 

La tentación de algunos y algunas estudiantes de un instituto será primero copiar toda la información que hay en la Wikipedia, que es sin duda el enlace más fiable. Pero si lo que le han pedido sus profesoras o profesores es un pequeño artículo sobre la obra y la vida de Félix Grande, ya el asunto se complica: lo que hacen, estos estudiantes, es servirse de la Inteligencia Artificial, de un ChatGPT como el de Open AI (de la Inteligencia Artificial hablaré al final).

Vale, lo hacemos, y la verdad que sale un articulito bastante bueno, salvo que hay ciertos errores, entre ellos su lugar de nacimiento: “Félix Grande nació en la localidad de Alburquerque, en la provincia de Badajoz, en 1937, en plena Guerra Civil Española”. Donde nació el poeta fue en Mérida, y no en Alburquerque, o por lo menos eso es lo que yo creía, pero quizás la Inteligencia Artificial sepa más que yo.

En cuanto a los millones de entradas que hay en Internet, la verdad es que algunas son bastante útiles para conocer la vida y la obra del poeta, pero a la vez que nos adentramos y vamos pasando de una pantalla a otra, un cierto “surrealismo” empieza a marearnos y a “desinformarnos”.

Quiere esto decir que Internet y la Inteligencia Artificial son recursos malos para estudiar la vida y la obra de un poeta de la era analógica…, pues NO. Lo que queda bien claro es que, si no tenemos un buen dominio del lenguaje, y de los recursos digitales en general, nos podemos meter en un buen lío.

 

¿Qué es, pues, la Era Digital?

        “La sociedad ha cambiado radicalmente en los últimos decenios. Hemos incorporado de modo natural a nuestras vidas, hábitos y costumbres, basados en el uso de tecnologías.

Los modelos de comunicación interpersonal, familiar, social, los hábitos de ocio, los modelos de búsqueda de información, nos han llevado de las cartas y sellos postales a WhatsApp, del cine, el teatro y los folletines impresos a juegos multimedia, multidispositivo y multijugador (remoto), de la enciclopedia en tomos a Google…

Bastan estos simples ejemplos cercanos para tomar conciencia de la forma en la que la tecnología y la conectividad se han incorporado a nuestras vidas.” (Un periódico digital de Recursos Humanos)[1]

 

De acuerdo, todo ha cambiado, la sociedad ha cambiado desde que Félix Grande escribió su poesía, y está bien que estos cambios sociales se reflejen en la poesía que se está escribiendo ahora, pero la poesía forma parte de lo que se conoce como “humanidades”.

En los últimos tiempos en diferentes campos de las humanidades (filosofía, sociología, antropología, artes visuales, medios de comunicación, pedagogía), pero también de la ciencia (neurología, psicología, psiquiatría) y de la religión, se está estudiando con entusiasmo y con preocupación cuál es el impacto de las nuevas tecnologías, en general, y de la Inteligencia Artificial en particular, en nuestra existencia como seres humanos.

El papa Francisco participó en la sesión del G7 (que es un foro de siete economías muy industrializadas: Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos ) con un discurso sobre Inteligencia Artificial [13-15 de junio de 2024]. El Santo Padre Francisco, dijo lo siguiente: «La Sagrada Escritura atestigua que Dios ha dado a los hombres su Espíritu para que tengan ‘habilidad, talento y experiencia en la ejecución de toda clase de trabajos’. La ciencia y la tecnología son, por lo tanto, producto extraordinario del potencial creativo que poseemos los seres humanos. Ahora bien, la inteligencia artificial se origina precisamente a partir del uso de este potencial creativo que Dios nos ha dado. Dicha inteligencia artificial, como sabemos, es un instrumento extremadamente poderoso, que se emplea en numerosas áreas de la actividad humana: de la medicina al mundo laboral, de la cultura al ámbito de la comunicación, de la educación a la política. Y es lícito suponer, entonces, que su uso influirá cada vez más en nuestro modo de vivir, en nuestras relaciones sociales y en el futuro, incluso en la manera en que concebimos nuestra identidad como seres humanos.”

 

Detrás de este discurso está uno de los especialistas más importantes del mundo en Inteligencia Artificial, Fray Paolo Benanti,

y su libro, La era digital. Teoría del cambio de época: persona, familia y sociedad  (2020 en italiano, 2024 en español). Este fraile, no se corta: habla de todos los aspectos de la vida social en los que están influyendo las nuevas tecnologías desde los años 90 del siglo pasado hasta hoy.

          Por ejemplo, el capítulo sobre “la sexualidad y la familia”, empieza citando una canción, “Sex”, de un grupo italiano de rock, “Negrita”, de los años 90 y la canción dice lo siguiente: “Tener sexo, chupar la pulpa / Y adiós a la vergüenza y a la culpa…”. Bueno, la letra de la canción es muy larga y bastante “políticamente incorrecta”. Pero traigo todo esto a colación, porque, primero, como verán este fraile no se asusta con ningún tema (como les dije, es el asesor principal del Papa Francisco en cuestiones de nuevas tecnologías).

          Sobre estos temas se está escribiendo mucho en la actualidad, especialmente sobre la influencia en la sociedad.

 

Pero volviendo al tema que nos concierne, la poesía de Félix Grande en su contexto, y es que, curiosamente, tanto el libro de Paolo Benanti, como el reciente discurso del Papa Francisco y la poesía de Félix Grande, coinciden en poner énfasis en un aspecto de la vida del ser humano: el de la dignidad.

          Además de en los libros de Félix Grande sobre el flamenco, de los cuales no me toca a mí hablar hoy, en sus composiciones y el prólogo del famoso disco “Persecución”, de lo que se trata es no solo de elogiar una forma de la música popular española, sino también de la defensa de la dignidad de una etnia, la gitana. Es pues, este el tema central tanto de la poesía de Félix Grande como las actuales reflexiones sobre nuestras relaciones con las nuevas tecnologías.

          Termino con una cita del Papa Francisco que bien podía haberla escrito Félix Grande. En el apartado de su discurso que lleva por título “Poner de nuevo al centro la dignidad de la persona en vista de una propuesta ética compartida”, dice lo siguiente: “Pareciera que se está perdiendo el valor y el profundo significado de una de las categorías fundamentales de Occidente: la categoría de persona humana. Y es así que en esta época en la que los programas de inteligencia artificial cuestionan al ser humano y su actuar, precisamente la debilidad del ethos [manera de ser                       ] vinculada a la percepción del valor y de la dignidad de la persona humana corre el riesgo de ser el mayor daño (vulnus [herida] ) en la implementación y el desarrollo de estos sistemas”.[2]

 

[1] Mario Stofenmacher, escrito para un periódico digital https://www.rrhhdigital.com/

[2] La Santa Sede. EL PAPA FRANCISCO PARTICIPA EN LA SESIÓN DEL G7 SOBRE INTELIGENCIA

ARTIFICIAL [13-15 de junio de 2024]. DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO. Borgo Egnazia (Apulia - Italia). Viernes, 14 de junio de 2024, p.6. Extraído el 30 de enero del 2025. https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2024/june/documents/20240614-g7-intelligenza-artificiale.html

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