El acto reunió a la comunidad de embajadores del MCB, que en la actualidad cuenta con casi 300 miembros. Asistieron representantes de instituciones y asociaciones académicas y científicas con presencia en Madrid. En cada edición, los asistentes reciben como obsequio un pequeño madroño, que también aparece en el escudo de Madrid y que representa el compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente, y se ha convertido en un símbolo de la Noche de los Reconocimientos. En total, hubo 19 premiados.

En declaraciones a La Voz de Tomelloso, justo después de recibir el premio, Pluvio Coronado, señalaba que “este premio reconoce una intensa labor desarrollada durante muchos años. Lo que premian es vender Madrid de alguna manera. He organizado muchos congresos y, sobre todo, el último que tuvo un carácter internacional y hubo representantes de treinta y dos países, desde América del Norte y América del Sur hasta Japón y Australia, también gente de la India, Asia y también de Africa. Siempre es bonito que te reconozcan una labor y la verdad es que estoy muy contento”.