midamos distancias y tiempos,

Juego, luego existo.

San José bíblico

patrón de los ociosos

de partidos con resuello

tras un totémico balón

que me lleve al éxito

y meterla dentro.

Se abren las puertas del cielo

y no vemos a San Pedro

escondido en su nube

el simpar Antonio Piñero.

Tras el limbo de los cuerpos

un pintor sin pellejo,

Antonio Serna todo músculo

siempre colorado, guasón, lisonjero.

Como bulle el pabellón

el fútbol sala de  Cremades

Kikes, Cisa y Avenida,

La Bolera, Citroen, Tacame

Futboleros achicados

de pase corto y puntera

piso el balón y toco

el público vocifera

en cada jugada, en cada gol.

Ruedan las canastas

las manos en acción

llega la hora de los Sevilla,

Tomasito y Emiliano

y Muñoz de entrenador

Naranjo mueve papeles

atento como un señor

sentados en el banco

hay relevo de dirección

pasan los años y siguen

Esther y Ramón.

Y de los hispanos tomelloseros

robustos y potentes

brazos fuertes, piernas rápidas

lanza misiles 

a las órdenes de un Pablo  superior

Salinas, Chicote y los hermanos Belló.

Y reposos para el guerrero

Eugenio lo tumbó

con una llave de hierro

en defensa del honor

de un kimono blanco

y un negro cinturón.

En las mesas de madera

no es juego de salón

con dos raquetas de pala

Julio enseña ping pong

a los Herrera, a los Blanco

y cono no a los Amorós.

Pongamos reglas al juego,

midamos distancias y tiempos,

venzamos el tedio

gozamos del ritmo

y de la coordinación

de una patada, un tiro

una llave, una levantada

un público que disfruta

es deporte, que emoción.

Juego, luego existo.

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