Lo escuchaba hace unas fechas en un restaurante de…no importa el lugar. En la mesa de al lado, seis personas hablaban de sus cosas, pero en un determinado momento deduje que eran miembros de una cofradía de Semana Santa. ¡¡Es que para ingresar en una hermandad piden la partida de bautismo, dijo alguien...pues si se han vuelto exigentes!!!…Enseguida me vino a la mente el título de estas líneas.
Hace años, la condición de bautizado se adquiría, salvo rarísimas excepciones, a los tres o cuatro días de nacer, este fue mi caso y, por ende, con la ausencia de las madres que se encontraban convalecientes del feliz acontecimiento que ellas habían originado. Una costumbre generalizada ante el temor de que el neonato muriera y se fuera al "limbo"…Sin embargo, desde hace un tiempo, el bautismo se pospone sin esas las prisas de antaño y son el padre y la madre, acompañados de los padrinos, quienes presentan al niño (o niña) ante la Iglesia. Una ceremonia que además adquiere hoy carácter comunitario pues cada parroquia fija unas fechas para la celebración conjunta del Sacramento. Así la madre ocupa el lugar primordial que le corresponde en el Rito, como es natural, lógico, oportuno, razonable y todos los adjetivos que ustedes quieran añadir…
Hoy el índice de personas bautizadas ha bajado de manera considerable no llegando al cincuenta por ciento de nacimientos. Sin embargo, el entusiasmo entre los jóvenes por pertenecer a una cofradía, bien portando el paso, llevando alguna enseña o estandarte o como penitente, a dios gracias va en considerable aumento. Si unimos a esto, la grata circunstancia de que entre los jóvenes no existen barreras a la hora de hacer amistad, compartir aficiones y pertenecer a distintas asociaciones culturales, deportivas o lúdicas, la posibilidad de que alguien sin bautizar, es decir, no cristiano, quiera participar en una procesión no es algo extraño.
Pero y aquí viene el porqué de que la Iglesia pida la partida de bautismo, extremo que sucede cuando alguien quiere pertenecer a una hermandad de Gloria, radica en que las procesiones de Semana Santa no son manifestaciones lúdicas, emotivas, culturales y mucho menos turísticas, sino que son actos de Fe que una determinada comunidad de creyentes celebra al aire libre, por calles y plazas, recordando la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo…y como es lógico, nadie puede ser elemento activo de esa celebración eclesial si no está bautizado.
Dicho esto, los sentimientos, emociones, pensamientos religiosos que cada cual, bautizado o no bautizado, guarde o exprese ante las imágenes de un determinado paso...es algo que nadie puede ni debe evaluar; peso si ese movimiento interior responde a un sentimiento acorde con el misterio que está viendo, su deseo por ser bautizado no se hará esperar.
{{comentario.contenido}}
"{{comentariohijo.contenido}}"
Sábado, 12 de Abril del 2025
Viernes, 11 de Abril del 2025
Sábado, 12 de Abril del 2025
Sábado, 12 de Abril del 2025