Hoy es la Romería,
no olvidar nunca esta fecha,
y así no tendrá sospecha
la que es Madre vuestra y mía.
Cuando a esta tierra has llegado
para ser nuestra Patrona
nos pusiste una corona
de la cual quedé prendado.
Oh! Patrona de esta villa
fiel e ilustre soberana,
resplandeces muy dulzana
entre verde y manzanilla
Madre de los labradores
dueña de quien por tu mano
bendices en este llano
y enjugas nuestros sudores
16 estrofas componen el canto que un poeta aficionado y droguero de profesión, Vicente Giménez, escribió en mayo de 1944.
Su oda a la primera Romería de Tomelloso.
Gracias, abuelo, por prestarme las palabras con las que vencer el miedo a la hoja en blanco para iniciar este pregón.
Miembros de la Hermandad de la Santísima Virgen de las Viñas, autoridades, familia, amigos... gracias a todos por arropar con vuestra presencia este acto, con el que prendemos la llama que durante este fin de semana brillará en los corazones de todos los tomelloseros, tengan la fortuna de estar aquí, o la mala suerte de no haber podido venir al pueblo estos días.
Porque para un tomellosero que se precie de serlo, la Romería es SAGRADA.
Enhorabuena Javier Perales, Mayoral 2025. Me han comentado que este nombramiento no podría haberte llegado en mejor momento. No solo porque te lo merezcas, sino porque es un “chute” de energía que, seguro, va a hacerte mucho bien.
Felicidades, Asociación Folklórico Musical “Virgen de las Viñas”. Por vuestros 60 años de vida, por difundir nuestra cultura popular, por llevar a Tomelloso siempre por bandera, y por ese magnífico Pregón Musical que nos regalaréis después.
Cuando Alejandro me hizo una videollamada para poder ver mi reacción al comunicarme que la Hermandad me había elegido Pregonera de la Romería 2025, recuerdo que tenía a mi hijo pequeño en brazos, que sentí una mezcla de felicidad y de nerviosismo, y que pensé “¿qué he hecho yo para merecer este honor?”.
Con sinceridad os digo, permitidme que os tutee: creo que nada especial.
Amar a mi pueblo, la Romería y a nuestra Patrona, tanto como todos los que estamos hoy aquí. Con la pequeña ventaja, quizá, de poder transmitir esa pasión a través de mi segunda casa, la COPE.
¡Y con qué gusto lo hago! Nuestra Romería es especial, no os quepa duda. Los vecinos de otros pueblos pensarán lo mismo de la suya, es lógico.
Pero el entusiasmo, el empuje, la alegría y el orgullo con los que celebramos la fiesta grande de MADRE... dejan cautivados a quienes nos visitan estos días... y siempre vuelven.
2En casa de “los miejones”, la mía, la Romería se mama desde la cuna.
Si no, que se lo digan a mi padre, que nació un día de Romería de hace casi 67 años.
Su madre, mi abuela que en paz descanse, tuvo a bien ponerse de parto un rato antes de que la Virgen pasara por su puerta, en la calle Socuéllamos. Os podéis imaginar el gentío... Pasó la Virgen, y llegó la ambulancia que llevó a la Eufemia a Alcázar a tener “a su niñete”.
Casualidades que marcan, ciertamente. La mía fue meterme de cabeza en el mundo del folklore, y a lo largo de este pregón lo entenderéis.
Desde bien “chicos”, los tomelloseros empezamos el año deseando que llegue el último domingo de abril... y sus preludios.
Días antes, el 2025 ha querido que sea hoy, San Marcos nos llama desde Pinilla para que echemos allí la tarde merendando hornazo, en un bullicioso trajín de cuadrillas de jóvenes, amigas de mediana edad y familias con niños...
Y en un momento dado, pasamos a verla. La primera de las veces que lo haremos durante el fin de semana.
Desde su pedestal, paciente y serena, aguarda a esos hijos que, cada cierto tiempo, o esa única vez al año, acuden a ELLA.
¡Cuánto cariño nos das, Madre de las Viñas! Disculpa que no vengamos tan a menudo como debiéramos; que te invoquemos más para pedirte, que para agradecerte. Aún así, GRACIAS. Gracias por permitirnos vivir otra Romería en tu honor.
Llega el sábado...
Con el rugir de los tractores amanece la víspera del gran día, y aquellos que “nuestra árida campiña riegan con su sudor” demuestran maña y buen hacer a lomos de sus mulas de hierro.
“Gañancillo, gañancillo, echa los surcos derechos; que también las buenas mozas, se fijan en los barbechos”.
Esa jornada se juega, se come, se canta y se baila... ¡qué sábados romeros he pasado en Pinilla!
Años de cónclave folklórico con mi “Manantial del Vino” del alma, en esas cocinillas que eran un trasiego de amigos, de risas, de jotas y seguidillas.
Con visita obligada a la ermita, qué menos.
Con alguna escapada a las tascas, para qué negarlo.
Y cuando el sol se apaga, cientos de luces se encienden para iluminar y calentar, a partes iguales, el solemne discurrir de aquella que a todo esto da sentido.
¡Amapolas en el trigo y racimos en la viña, y en este pueblo manchego hay una virgen divina!
Imposible es no estremecerse al ver arder, figurada y literalmente, la devoción del pueblo de Tomelloso por su Reina de las Viñas, divina y radiante como solo Godoy sabe dejarla.
Vítores y oraciones se mezclan en una noche que duerme soñando con que pronto se haga de día, y poder celebrar por fin, la más hermosa tradición de cuantas atesora esta Atenas de La Mancha que es nuestra tierra.
Al rayar el alba, mozas y mozos se enfundan sus camisetas de Asaltalindes, RevuelcaCepas, Arrepretamajanos o la Brigada de la calle El Codo, para salir “arreando” a Pinilla, con ese azogue que solo la juventud tiene... y que algunas ya vislumbramos en nuestras dignas sucesoras de 8 años.
Y los padres que los ven irse, confían para sus adentros en que “lo pasen bien, pero con conocimiento. Que el exceso nunca es buen compañero”.
Del pueblo parte la comitiva que da color y singularidad a nuestra Romería: las carrozas de verde, las artísticas, y las reatas.
“Esta noche ha llovido, mañana hay barro; cuatro pares de mulas llevan mi carro”.
Mulillas enjaezadas con sus penachos y arreos entachuelados, sus esquilados con arte... ataviadas con sus mejores galas porque la ocasión lo merece. ¡Qué espectáculo es verlas desfilar!
El domingo no cabe un alma en Pinilla. Desde el pinar hasta las tascas, pasando por la zona joven, los cochecitos y, por supuesto, la plaza de la ermita, donde cada año más fieles nos reunimos a celebrar la santa misa de campaña y la bienvenida a los nuevos hermanos, bajo la atenta mirada de ELLA.
Después cada cual disfruta del día como mejor le apañe.
Mis romerías, como ya os dije, han estado marcadas por el folklore.
Me he divertido como la que más. Pero a una hora prudente a casa, que había que hacerse el moño y ponerse el refajo de rayas, los pantalones de pana y las abarcas, o la falda bordada, según tocara ese año.
Más de 20 romerías desde aquella del 96, en la que igual que pasó en la primera de todas, llovió como si no hubiera un mañana.
¡Y cómo llorábamos los que íbamos a debutar esa tarde y no pudimos...!
Años después lloraríamos por tener que irnos de Pinilla para actuar... pero ese es otro cantar.
Todas las romerías, salvo una que me encabezoné en volver en carroza, la esperé con mi grupo en el cruce del cuartel.
Crecí caminando delante de ella, anunciando con fandangos y rondeñas su llegada; haciendo el pasillo de honor en su entrada gloriosa a la plaza entre aplausos y vivas. La emoción desbordante de un pueblo que da la bienvenida a SU MADRE.
Hace ya unos años cerré mi capítulo en el folklore. Pero el corazón sigue dándome un pellizco cuando veo pasar al que siempre será mi grupo. Porque con él viví la Romería en todas sus facetas; porque de allí saqué a los que ahora son mis mejores amigos; porque con ellos honré a la Virgen poniendo a sus pies mis ganas, mi juventud, mi tiempo y mi voz.
“Mocita tomellosera, cuando vas a la vendimia, y llevas junto a la espuerta, a la Virgen de las Viñas”
Ahora, querida Patrona, te miro “desde la barrera”, como la mayoría de tus fieles hijos. Pero sigo poniendo a tus pies mi tiempo, mis ganas, mi voz... y lo más valioso que tengo: a mi familia, la de sangre y la elegida.
Sigue extendiendo tu manto, como siempre dice Isabel, para proteger tu Tomelloso. Y a sus gentes, dales salud y fuerza, para que no desfallezcan en la faena de seguir haciendo grande esta tierra.
Y nosotros, paisanos, no podemos menos que comprometernos a ser lo que ELLA nos pide que seamos: gente humilde y leal, trabajadora, tenaz y orgullosa de sus raíces.
Saquemos estos días nuestros pañuelos de hierbas y blusas, herencia de gañanes de la que hay que sacar pecho.
Peregrinemos a Pinilla; disfrutemos del ambiente, de los reencuentros; del pincho en La Bandola y del Santuario en su máximo esplendor.
Transmitamos a nuestros hijos ese sentimiento romero que, generación tras generación, nos hace embajadores de la mejor tradición que tenemos.
Y así, simiente a simiente, lograremos elevar nuestra Romería al Interés Nacional que merece. Que a tercos, no nos gana nadie.
“Alla va la despedida, la que no quisiera echar, porque nunca me gustado, con amigos quedar mal”
Gracias por vuestra atención.
Gracias por regalarme este momento.
¡VIVA LA VIRGEN DE LAS VIÑAS!
¡VIVA LA ROMERÍA DE TOMELLOSO!
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Sábado, 26 de Abril del 2025
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