¿Qué entendemos por salud?
¿Alguna vez nos hemos hecho esta pregunta? Seguro que si, ¿salud, es
estar bien?, ¿salud es no tener enfermedades?,
¿no tener dolores?, ¿no tener dolencias?,
Existe una definición consensuada a nivel mundial que nos acerca al
término de salud y esta la aporta la Organización Mundial de la Salud:
Salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad o
afecciones.
Analizando la definición
podemos observar que es algo más que la ausencia de enfermedad, es ser consciente de tus propias capacidades, poder afrontar
las tensiones normales de la vida, poder trabajar de forma productiva y
fructífera y ser capaz de hacer alguna contribución a tu comunidad, por tanto, la definición de salud que nos ofrece la OMS, engloba el
apartado físico, psicológico y social del ser humano, estableciendo, de algún modo
que si nos falta alguno de los tres, no disfrutaremos de una SALUD en el pleno
sentido de la palabra o como diría el castizo de una salud envidiable.
De este modo
todos sabemos que hay actividades o dinamismos claramente favorecedoras y otros
claramente perjudiciales para la salud, entre estos se encuentra el tabaquismo,
el abuso del alcohol, el menosprecio de los tiempos de descanso, la adopción de riesgos por el
placer de vivirlos que ponen en peligro la integridad de uno mismo y de los
demás. etc.,
Sin embargo, otras
actividades, por el contrario, favorecen el bienestar y la salud, una
alimentación sana y equilibrada, las relaciones
interpersonales constructivas, equilibrio del trabajo con el descanso y por
último una que se está desvelando en estos finales del siglo XX y principios
del XXI como una revolución en cuanto a mejorar y mantener la salud es la práctica
de deportes o realización de ejercicio físico adecuado.
Efectivamente, el
deporte se muestra como un favorecedor de la salud, porque interviene en los
tres apartados que nos señala la OMS, mejora el estado de bienestar físico y contribuye
de un modo efectivo a mejorar psicológica y socialmente a las personas,
atacando los riesgos que producen las nuevas enfermedades o enfermedades
modernas como son el sedentarismo, el estrés, la soledad, etc.
El deporte nos ofrece:
Mejora cardiovascular. Aumenta el volumen del latido, aumento de la
extracción del oxígeno por el miocardio, mejora de la función respiratoria por
acondicionamiento de su musculatura.
Mejora muscular Con la
actividad física, la capacidad de nuestra musculatura mejora considerablemente.
Dependiendo del tipo de ejercicio que se haga, se ganará en fuerza o en
resistencia.
Mejora ósea existen
evidencias de que el ejercicio físico es capaz de incrementar el contenido
mineral óseo.
Efectos sobre el envejecimiento. El
envejecimiento se favorece por la falta de uso de los sistemas orgánicos. En
este sentido, se considera que el 50% de las perdidas funcionales asociadas al
envejecimiento depende de la escasa utilización de los sistemas corporales. La
práctica regular de ejercicio mantiene funcionalmente al sujeto y proporciona
seguridad e independencia a quien lo práctica, hechos de gran importancia en
las personas ancianas.
Hipertensión arterial. Estudios
poblacionales demuestran que los sedentarios tienen un riesgo 35-52 % más alto
de presentar una hipertensión arterial, que los que practican actividad física.
Diabetes. Recientemente
se ha demostrado en algunos estudios una reducción de la incidencia de la
Diabetes en los individuos con mayores niveles de actividad física. Además del
papel preventivo que el ejercicio tiene en la Diabetes.
Obesidad. El ejercicio o actividad física de resistencia
aeróbica (Natación, correr, ciclismo, etc.) proporciona la posibilidad significativa de modificar la
ecuación del equilibrio energético, ocasionando una pérdida de peso y
modificando la composición corporal.
Cáncer. Existen evidencias científicas, aunque no
suficientes, que muestran una menor incidencia de cáncer.
La dimensión psico-social Desde el punto de vista
psicológico está demostrado que la actividad física y el deporte: Mejora las
capacidades intelectuales, nos hace más tolerantes con nosotros mismos y con
nuestros semejantes, Nos hace más resistentes a la frustración, Mejora nuestra
capacidad mental, resistencia y fuerza mental, relaja, divierte, etc.
Ahora el problema que se nos plantea saber es ¿cuánto deporte es
necesario para obtener las ventajas anteriormente reseñadas?
Según Willmore y Costill (2004) los estudios de
investigación dirigidos sobre la frecuencia del ejercicio físico muestran que
una frecuencia de entre 3 y 5 sesiones de ejercicio físico por semana es óptima
para conseguir mejoras fisiológicas considerables. Aunque lo cierto es que el
mayor cambio en la fisiología humana sucede cuando un sujeto pasa de ser
sedentario a mínimamente activo y regular.
Aunque en principio los criterios nombrados son los
más asentados, tras realizar una revisión bibliográfica se puede afirmar que no
hay un consenso sobre cuál es el criterio de práctica de ejercicio físico para
acotar una persona como activa. Autores como Serrano y Boix (2012),
señalan que, para obtener beneficios significativos para la salud a través de
la actividad física y del deporte, deben realizarse como mínimo durante 30
minutos casi todos los días de la semana.
En la misma línea, según diversas investigaciones, como las de Casajús
y Vicente-Rodríguez (2011), la realización de actividades físicas y
deportivas constituye un elemento beneficioso para la salud, pero recuerdan que
organismos internacionales, tales como el American College of Sports Medicine,
consideran que al menos es necesario realizar actividad física de baja a
moderada intensidad durante la mayor parte de la semana para obtener beneficios
para la salud.
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Domingo, 19 de Mayo del 2024
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