Las viviendas de los trabajadores se encuentran en un estado de abandono y ruina casi totales, una de las chimeneas queda en pie. Las instalaciones están alquiladas a una explotación ganadera.

Entre tanta ruina destacan dos elementos: La chimenea industrial y una treintena de plátanos de sombra extraordinariamente sanos, vigorosos y bien conservados.

Hay cronistas de la época en que se construyó la aldea que aseguran que la chimenea, de 25 metros de altura, se utilizó muy poco o nada, de ahí su excelente conservación.

La estrella de la aldea industrial de El Laminador es, en nuestra opinión, una veintena de plátanos de sombra que hay en la entrada principal.

Estos magníficos árboles forman uno de los mejores conjuntos de toda España. Salvo en verano, muy cerca de la entrada principal de la aldea pasa un riachuelo de pequeño caudal.

Es imposible que estos gigantes vegetales mantengan todo su vigor sin un aporte directo de agua en verano. El riachuelo se seca, pero a no mucha profundidad tiene que existir un río subterráneo que alimente las profundas y poderosas raíces de esta veintena de gigantes.

Estos plataneros alcanzan los treinta metros de altura. Para los amantes de la Naturaleza y los árboles (Entre los que se cuenta el autor de estas líneas) es obligatorio visitar el paseo de plátanos de sombra de la entrada principal de El Laminador si vamos a Riópar… Y si no vamos, también.