Esta mañana se ha presentado la programación para esta feria y fiestas, y el desencanto expresado de los vecinos ha sido generalizado. A nuestro juicio es una programación poco ambiciosa, porque cuando las cosas se hacen sin alma, se nota. Y este cartel de conciertos, con más dinero que nunca, satisface a muy pocos.

Lo que no es una percepción —sino un hecho— es que antes, con 350.000 euros, había conciertos para todos los gustos: rock, pop, indie, flamenco… Y eran gratuitos. Además, actividades como el musical en la Plaza de España llenaban el centro de cultura y vida. Hoy, con 500.000 euros, hay conciertos de pago y propuestas culturales que desaparecen del mapa.

Y claro, la pregunta cae por su propio peso:
¿Qué están haciendo con el dinero?
¿Dónde se nota ese aumento de presupuesto?
¿Cómo es posible que con más recursos haya menos acceso y menos oferta?

Al final, esto no va solo de gustos musicales. Va de respeto. Respeto a la cultura, al dinero público y a la gente de Tomelloso. 

Hay fiestas en nuestros barrios, que con muchos menos recursos las hacen más atractivas. Porque cuando hay proyecto, las cosas se hacen con sentido. Y cuando no… ni todo el dinero del mundo basta para salvar la improvisación.