Curry tailandés, arroces
que desafían las prisas y una carta que cambia al ritmo del apetito de su chef.
Óscar Fuentes abrió La Gaxtroteca hace dos años y medio en Tomelloso con una
apuesta clara: sabores del mundo, trato cercano y muchas ganas. Recién
reconocido con un Solete de la Guía Repsol, hablamos con este cocinero de
vocación tardía sobre su trayectoria, el premio, su cocina y el calor (literal
y metafórico) de su clientela.
—¿Cómo definiría La
Gaxtroteca?
—Es un sitio de cocina
callejera del mundo. A mí me gusta mucho la comida tailandesa, por ejemplo, y
he ido introduciendo platos de ese estilo, pero también cosas más de aquí, como
los arroces, que son la especialidad de la casa, o algún pepito de solomillo.
Al final estamos en Tomelloso y hay que tener un poco de todo. Me gusta que
quien venga se encuentre desde una Gilda a un curry tailandés.
—¿Y cómo llegó al
mundo de la cocina?
—Yo no me dedicaba a
esto. Empecé a estudiar cocina con casi 30 años en el Gregorio Prieto de
Valdepeñas. Ahora tengo 38. Hice prácticas en el hotel Intur, luego pasé por el
Yakitori con Alberto Chicote en Madrid, más tarde estuve en Mallorca, en un
hotel… y de ahí ya fui dando pasos. Abrí con unos socios un restaurante en
Alcázar y cuando nos separamos, decidí venirme a Tomelloso. Aquí llevo ya dos
años y medio, pero en La Gaxtroteca estoy solo.
—¿Qué balance hace de
este tiempo?
—Ha sido difícil. La
situación económica no ayuda, pero estoy contento. Si tuviera que volver a
hacerlo, lo haría. Me gusta lo que hago y tengo una clientela que responde.
—¿Cómo ha recibido
Tomelloso esa mezcla de sabores que propone?
—Bastante bien, la
verdad. Al principio costó un poco, pero Tomelloso ha crecido. Ya hay varios
sitios con comida asiática o de fuera, y el público está más abierto. Por
ejemplo, tengo unos totopos que son como nachos con chile con carne, pero con
un toque asiático. O los arroces, que son complicados, pero he hecho muchísimas
pruebas y ya tengo todo medido, con caldos envasados al vacío, para que salgan
perfectos incluso cuando el bar está lleno.
—¿Cuáles son los días
fuertes?
—De viernes a domingo. Entre semana también viene gente, pero el grueso está el fin de semana.
—Recibió hace poco un
“Solete” de Repsol. ¿Qué ha supuesto para usted?
—Nos hizo mucha ilusión.
Que reconozcan tu trabajo así, pues imagínate. Sales en el mapa de la Guía
Repsol y eso te da visibilidad, sobre todo para la gente de fuera que viaja y
va buscando dónde parar a comer. Aquí, quien no me conoce a mí, conoce a alguien
que trabaja conmigo, pero el Solete ayuda a traer nuevos públicos.
¿Qué hay de su carta
de vinos?
—Tenemos vinos de
Tomelloso, claro, pero también de Valdepeñas, Almansa y otras zonas. La
seleccionamos entre Mariano, que trabaja conmigo, y yo. Tanto la comida como
los vinos los vamos cambiando según la temporada o cuando me aburro de algo.
Este verano, por ejemplo, toca ensaladilla nueva y más blancos fresquitos.
—También ha apostado
por el arte local…
—Desde el principio hemos
contado con Rafa Rodrigo, MeOne. Cada Navidad nos hacía un dibujo, pero este
año le pedimos algo más permanente: pintó la puerta central y los laterales con
referencias a nuestros platos, como las croquetas o la Gilda. Fue muy chulo
porque hicimos una fiesta con la asociación Kirira mientras él pintaba en
directo. La gente flipó.
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Sábado, 5 de Julio del 2025
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