En España, cada vez que comienza a alzarse una alternativa real al socialismo, hay un actor que se encarga de frustrarla: el Partido Popular. Ya sea por cálculo electoral, por complejo ideológico o por sumisión a las dinámicas de un sistema diseñado por y para el PSOE, el PP ha demostrado una y otra vez que su papel no es derrotar al socialismo, sino garantizar su continuidad. 

Rajoy y los 186 escaños: la mayoría absoluta desperdiciada 

La primera gran traición a esa alternativa se produjo tras las nefastas legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero. En 2011, millones de españoles confiaron en el Partido Popular y le otorgaron una mayoría absoluta histórica: 186 diputados en el Congreso de los Diputados. Era el momento de revertir las políticas ideológicas y económicas del PSOE, recuperar la soberanía nacional, garantizar la unidad de España, ilegalizar el entramado de ETA, bajar impuestos  y restaurar los valores sociales y culturales devastados por el zapaterismo. 

Pero esa esperanza fue traicionada. Mariano Rajoy y su gobierno no solo incumplieron sus mensajes electorales casi en su totalidad, sino que renunciaron a cualquier reforma estructural o cultural que consolidase una verdadera alternativa. Subieron impuestos, rescataron a la banca mientras ahogaban a las familias, consolidaron la negociación con ETA impulsando el resurgimiento de Bildu, mantuvieron leyes ideológicas como la de memoria histórica, la ley del aborto o las leyes de género, e incluso entregaron más competencias a las comunidades separatistas. 

Lejos de desmontar el legado de Zapatero, el PP lo consolidó, lo normalizó y lo protegió. Y el resultado fue el que hoy sufrimos: Pedro Sánchez es un producto directo de aquella cobardía, de aquella falta de voluntad política, de una legislatura que comenzó con una investidura de Rajoy gracias a la abstención del PSOE y que termino con Pedro Sánchez en el poder por una moción de censura del mismo PSOE, de aquella traición silenciosa a millones de votantes. El Partido Popular no solo frustró la alternativa al socialismo, sino que preparó el terreno para que el socialismo regresara con más fuerza y sin complejos. 

El 23 de julio de 2023: la traición al cambio 

Otra oportunidad histórica se perdió el 23 de julio de 2023. Tras una campaña que debería haber servido para desalojar a Pedro Sánchez del poder, el Partido Popular eligió otro camino: una campaña desastrosa, centrada en ofrecer “pactos de Estado” al propio PSOE. Lejos de combatir con claridad el proyecto ideológico del sanchismo haciendo bloque con VOX, Feijóo optó por la tibieza, por un centrismo vacío y por reforzar el cordón sanitario contra VOX, precisamente el único partido que había sostenido gobiernos del PP en toda España y que representaba una alternativa firme y valiente al socialismo. 

Esa campaña ambigua, en la que el principal adversario del PP no fue el PSOE, sino VOX, desmovilizó a miles de españoles hartos del consenso progre. El resultado fue el esperado: el socialismo retuvo el poder por apenas unos escaños, gracias al apoyo del separatismo y la ultraizquierda, mientras el PP, a pesar de subir en escaños, se enredaba en su impotencia política y VOX resistía con dignidad, logrando 33 diputados pese al embate coordinado de la partitocracia, los medios y los poderes del sistema, con la derecha mediática en la vanguardia del ataque a VOX. 

Feijoo llegó a presumir de que en su juventud había votado al PSOE de Felipe González, el PSOE bueno que ellos dicen. 

Castilla-La Mancha: una oportunidad histórica desperdiciada 

En Castilla-La Mancha, el PP también tuvo en sus manos liderar un verdadero cambio. Durante la etapa de María Dolores de Cospedal, los castellano-manchegos depositaron su confianza en el Partido Popular. Pero esa esperanza se esfumó en una sola legislatura. La mala gestión, los errores estratégicos y la falta de firmeza política del PP —con muchos de los mismos dirigentes que hoy siguen ocupando cargos en ayuntamientos e instituciones— provocaron que la alternativa al socialismo desapareciera. 

Lejos de aprender de sus errores, el PP optó después por apoyar al PSOE de Emiliano García-Page en decisiones clave: permitió derogar el límite de mandatos que hubiera impedido a Page presentarse, restauró sueldos políticos y ahora impulsa junto al PSOE una reforma del Estatuto para volver a inflar el número de diputados, deshaciendo incluso los pocos avances que ellos mismos impulsaron. Una traición más a la voluntad de los ciudadanos. 

Ciudad Real: el cambio posible gracias a VOX… y saboteado por el PP 

En la provincia de Ciudad Real, el cambio político solo ha sido posible gracias a VOX, presente en casi una treintena de municipios y con cerca de medio centenar de concejales. Gracias al impulso y apoyo de nuestros representantes, y a los acuerdos alcanzados tras las elecciones municipales de 2023, se consiguió arrebatar al PSOE gobiernos municipales históricos como Puertollano, Miguelturra, Ciudad Real, Tomelloso, Socuéllamos, Bolaños de Calatrava, Villarrubia de los Ojos, Puebla de Don Rodrigo y Horcajo de los Montes. Y lo más relevante: se logró dar la vuelta a la Diputación Provincial de Ciudad Real, tras décadas en manos del socialismo. 

Sin embargo, fiel a su tradición de frustrar cualquier alternativa real, el Partido Popular ha incumplido sus compromisos con VOX en municipios clave como Ciudad Real capital y Bolaños de Calatrava. Lejos de honrar los pactos, dar estabilidad a los gobiernos y respetar la voluntad de cambio expresada en las urnas, el PP ha optado por la traición, dinamitando desde dentro los acuerdos firmados y demostrando, una vez más, que es incapaz de sostener una alternativa al socialismo sin arrodillarse ante él. 

El PP: muleta del sistema, no alternativa 

El Partido Popular, lejos de plantar cara al PSOE, actúa como una de sus garantías de supervivencia. Hablan de “centralidad”, de “pactos de Estado”, del “PSOE bueno”, y no tienen reparos en apoyar leyes ideológicas promovidas por la izquierda, desde la Agenda 2030 hasta las políticas de inmigración ilegal o ideología de género. Renuncian a los principios, renuncian a la verdad y renuncian a representar a los millones de españoles que exigen libertad, seguridad, orden y prosperidad. 

Cuando tienen la oportunidad de cambiar las cosas, eligen sabotear al socio leal mientras buscan la aprobación de los mismos que nos han llevado al desastre político, social y económico. 

Bruselas: el pacto PSOE-PP al descubierto 

Y el culmen de esta farsa política lo encontramos en Bruselas. Allí, socialistas y populares gobiernan en coalición de hecho, votan juntos y pactan todas las directivas y normativas que luego se imponen a los países miembros. Todo lo que llega desde Europa en materia energética, ecológica, agraria, migratoria o cultural lleva la firma conjunta del Partido Popular Europeo y de los socialistas europeos. La supuesta alternativa es en realidad un acuerdo estructural entre los dos grandes partidos del sistema. Es la gran estafa política de nuestro tiempo: el Partido Popular y el PSOE serían lo mismo, dentro y fuera de España. 

Por cierto, la negociación con Trump de Von Der Leyen es un acuerdo de la coalición que gobierna Bruselas de socialistas y populares con EEUU, que no engañen a los europeos. 

Mientras no se rompa esa coalición, la estafa se perpetuará. 

VOX es la única alternativa al consenso progre 

Frente a este panorama, solo VOX representa una alternativa real al bloque socialista que forman el PSOE, sus socios separatistas y el propio Partido Popular en tantas materias clave. Una alternativa que no se somete a lo políticamente correcto, que defiende con valentía la unidad de España, la libertad de las familias, la protección del campo, la propiedad privada y la seguridad ciudadana. 

Mientras el PP siga teniendo miedo a ser oposición de un sistema controlado por el PSOE, seguirá siendo parte del problema. Mientras tanto, VOX seguirá defendiendo —en Bruselas, Castilla-La Mancha, en Ciudad Real y en toda España— la alternativa real que el Partido Popular siempre acaba saboteando.