Amalia Roales-Nieto Azañón, nació en Moral de Calatrava, en noviembre de 1928. Su familia se dedicaba al comercio, la industria y la ganadería. Por parte paterna, su abuelo Leopoldo era natural de la vecina Pozuelo de Calatrava, instalándose a finales del siglo XIX en la localidad moraleña.

Durante la guerra civil, Amalia junto a sus padres de desplazaron a Madrid donde estuvo el domicilio familiar hasta finales del siglo XX.

Tras los estudios primarios y básicos inició su formación universitaria en la Universidad Complutense de Madrid donde estudio Filosofía y Letras.

También estudió Filología Francesa, compaginando estos estudios con los de Canto en Madrid, Musicología en la Sorbona de París y Arte y Literatura Francesa Comparada en la Universidad de Grenoble. Una vez terminados sus estudios fue contratada como becaría, en los cursos de Música que realizaba la Universidad de Santiago de Compostela.

Una de sus aficiones fue el canto, llegando a alcanzar la categoría de soprano. El 13 de abril de 1950 actuó en la Iglesia Parroquial de San Andrés, en su pueblo natal, con motivo de la conmemoración de las Bodas de Oro sacerdotales del Sacerdote Jerónimo Peralta Lozano, coadjutor de la parroquia moraleña. Aunque nunca se dedicó al canto de manera profesional, si fue docente de esta disciplina impartiendo cursos e n l a Casa de Palencia en Madrid (1984) y como profesora particular de iniciación a la fonación.

Otra de sus aficiones fue la cultura oriental, y más en concreto de la cultura y el folklore coreano, llegando a imparte numerosas conferencia sobre este país asíatico durante la década de los 60 y los 70. Llegó incluso a proponer, al Ministerio de Educación y Ciencia, la creación de una Cátedra de Coreano en la Universidad Complutense. A finales de 1970 se constituye en Madrid la Asociación Cultural Hispano-Coreana en la que Amalia Roales-Nieto una de su fundadoras. La Universidad de Seúl le concedió la Medalla de la Cultura Coreana.

Pese a todos estos logros, su verdadera pasión fue la música. Siendo estudiante en la Complutense fue nombrada delegada de la sección de Música, discípula aventajada del Maestro Joaquín Rodrigo. Es destacable la gran amistad que Amalia Roales tuvo con el matrimonio formado por el maestro Rodrigo y su esposa Victoria Kamhi. Tras muchos años de impartir clases en la Facultad de Filosofía y Letras, como profesora del aula de música de la Complutense de Madrid, en marzo de 1967 es nombrada profesora adjunta de la “Cátedra Manuel de Falla”, de la que llegaría a ser Directora en 1978. A mediados de los 70 intentó recuperar la música como disciplina en la Universidades Españolas, creándose una nueva licenciatura denominada “Historia y Ciencias de la Música”. 

Colaboró estrechamente con la revista Musical Ritmo, revista ilustrada y especializada en temas de la docencia y el arte musical. Contrajo matrimonio con Mariano Herranz Checa.

Durante su dilatada vida como docente escribió numerosos artículos que fueron publicados en revistas especializadas, como; “La lengua y la cultura castellanas en Corea” (2001), “La música militar en tiempos del General San Martín” (1996), “Don Quijote de la Mancha: los instrumentos marciales” (1998), “Escenas musicales en tres cuadros de Zurbarán” (1992), “Presencia de lo hispánico en Corea” (1987), “Instrumentos musicales representados en la cerámica (siglos XVII y XVIII) que se expone en el Museo de Montjuich (Barcelona)" (1993- 1994), “Homenaje a Dª Victoria y a D. Joaquín Rodrigo” (1993), “El Quijote: vehículo de la cultura musical” (1992)...

Con su jubilación en 1993 visitó con frecuencia su pueblo, Moral de Calatrava. Como homenaje a su trayectoria personal y profesional, su pueblo, el día 14 de agosto de 1996 le dedicó una de sus calles, compartiendo el honor con su hermano Leopoldo Roales-Nieto Azañón, fraile dominico afincado en Venezuela. En junio de 1997 y con motivo de la celebración de la Semana Cultural de Moral de Calatrava, Amalia ofreció una conferencia sobre “La Música en el Paisaje”.

En 1997, la que había sido su casa en Madrid sufrió un derrumbe obligando a desplazarse a vivir a la localidad de Valdemorillo (Madrid). Este derrumbamiento deja a la luz la gran colección de arte que Amalia Roales había reunido a lo largo de década, aunque por desgracia se perdieron l mobiliario, enseres y unos 40 cuadros.

Amalia Roales-NIeto falleció en la Clínica Puerta de Hierro de Madrid el día 29 de octubre de 2001. Su cuerpo descansa en el Cementerio Municipal de Valdemorillo (Madrid), donde tuvo su última residencia.

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