Cuevas

En la cueva honda de la familia Picazo Menchén

La Voz | Sábado, 21 de Julio del 2018
{{Imagen.Descripcion}}

La historia de esta magnífica cueva que hemos visitado gracias a la generosa hospitalidad de su propietario, Juan Picazo, empieza en los años 40. Fue primero  de Gonzalo Fernández que después la cedió a sus hijos y años después sería adquirida por este gran empresario asegurador que siempre respeto la originalidad de la cueva en las reformas que llevó a cabo. La escalera de acceso fue, precisamente, uno de los elementos que se cambió. Hay que bajar muchos peldaños porque la cueva está honda, “de las más hondas que he visto”, asegura nuestro experto en cuevas, José María Díaz, cobijo fundamental del periodista en estas visitas a estas joyas arquitectónicas del subsuelo de la ciudad, junto a la arquitecta, Ana Palacios.

Cuando llegamos  abajo quedamos impresionados por la largura de una cueva que tal y como explica Juan Picazo, “era todavía más larga, puesto que alcanzaba la casa de mi cuñada, pero se dividió con un muro”. Dieciséis tinajas de cemento a cada lado, de entre 750 y 800 arrobas de capacidad, perfectamente conservadas, lucen impecables gracias a las ráfagas de luz de mediodía que entran por las seis lumbreras. Los estragos de la humedad han hecho mella en la superficie de las tinajas que presenta muchas tonalidades de gris, y muchas parece mostrar mapas geográficos.  La longitud de la cueva puede oscilar entre los 55 y 60 metros.

Echamos una mirada a todos los elementos que la componen. Los pocillos, el suelo, el empotrado, la baranda de hierro…La luz natural se mezcla con la luz blanca de unos tubos fluorescentes que acrecienta todavía más la belleza de la cueva. El blanco de las paredes y el techo que se han encalado se mezcla con el granate de las ménsulas, divinas, y algún elemento decorativo que aparece sobre el empotrado. Admiramos lo bien esculpido que está el techo abovedado en la tosca.

Disfrutando de la agradable temperatura, unos 17 grados, José María descubre unos agujeros que eran los que utilizaban los tinajeros para sostener los andamios. A las columnas blancas que aparecen entre las tinajas, José María las denomina rabos y no tardará nuestro experto en descubrir otro detalle; la parte más baja de las tinajas no es de la misma forma. Unas son cónicas y otras son más redondeadas, lo que demuestra que se construyeron con moldes distintos y, consecuentemente, en tiempos diferentes.

Una escala  aparece por un punto intermedio de la cueva. Cuando subimos arriba observamos de cerca los efectos de la humedad sobre la baranda de hierro que Juan desearía algún día cambiarla por una de madera. Las bocas de las tinajas están cerradas con tapas de madera de una o dos piezas. José María levanta algunas para que observemos otro detalle. Los bordes de algunas bocas son redondeados y otros tienen aristas. Tal y como está construida, José María deduce que la cueva fue obra del picador, Emilio Perona, aunque no lo asegura del todo. Inevitablemente aparecen en la conversación los picadores y las terreras, artífices de estas cuevas que siempre  provocan admiración en las personas que las visitan. “Cuando he mostrado la cueva a grupos de amigos o familiares, no se podían imaginar lo que teníamos debajo de nuestra casa”, -señala Juan Picazo-.

Explica José María como se organizaban los equipos de picadores y terreras para realizar las cuevas y cuando nos dice el tiempo que empleaban en la ingente obra, nos quedamos asombrados. “Esta cueva pudo hacerse en unos seis o siete meses. Puede que en aquella época se ayudaran de barrenos para realizar la excavación”. Aún con ese matiz, el mérito de aquellos constructores de cuevas es descomunal. 

En nuestro regreso a la superficie nos topamos con un hermoso parche en el que aparecen bombas, destrozadoras y otros antiguos artilugios de la viticultura. Desde Luego en esta vivienda de la familia Picazo Menchén, las tradiciones están a buen recaudo.


ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
ob.imagen.Descripcion
1237 usuarios han visto esta noticia
Comentarios

Debe Iniciar Sesión para comentar

{{userSocial.nombreUsuario}}
{{comentario.usuario.nombreUsuario}} - {{comentario.fechaAmigable}}

{{comentario.contenido}}

Eliminar Comentario

{{comentariohijo.usuario.nombreUsuario}} - {{comentariohijo.fechaAmigable}}

"{{comentariohijo.contenido}}"

Eliminar Comentario

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter

Haga click para iniciar sesion con

facebook
Instagram
Google+
Twitter
  • {{obligatorio}}