José Luis Cabañas Onsurbe va a recibir el reconocimiento más
importante de Tomelloso. Es el “Viñador
de Honor” del 2018. Cabañas, como todo el mundo sabe, es dibujante e
ilustrador, uno de los más importantes de las últimas décadas: tiene un
currículum interminable y es de justicia que sea reconocido por su pueblo.
Cabañas ha dibujado en cabeceras como ABC, La Estafeta
Literaria, La Ballena Feliz, La Codorniz, Ser Padres, Blanco y Negro, El País,
Tiempo, Diario 16, Guadiana, Expavivnsión, El Cochinillo Feroz, Muy Señor Mío o
Balalaika, y en publicaciones extranjeras como Le Figaro y Lui. Es Titulado en
Diseño Gráfico e Ilustración por la Escuela Oficial de Publicidad de Madrid y
ha compaginado su faceta de dibujante de humor en periódicos y revistas, con la
ilustración y el diseño de cubiertas y maquetas de libros. Obtuvo el Premio
Paleta Agromán en 1979, en 1992 consiguió el Tercer Premio en la Segunda Bienal
Internacional de Dibujo Humorístico de Santa Cruz de Tenerife y en 2011 se alzó
con el triunfo en la primera edición del Premio de Humor Gráfico Lorenzo Goñi,
que otorga el Ayuntamiento de Beas de Segura.
El artista fue intervenido hace algunas semanas por problema
de salud, amablemente nos atiende. Charlamos en una terraza cercana al barrio
que le vio nacer. Somos constantemente interrumpidos por personas que felicitan
a Cabañas por su reconocimiento y se interesan por su estado.
José Luis Cabañas ha recibido el reconocimiento «con sorpresa y satisfacción».
Sorpresa, porque no se lo esperaba y satisfacción «porque me felicitan por la calle. Me ha dado la enhorabuena mucha gente
que yo no conozco, una circunstancia que agradezco mucho». Y es que, para
el artista «es una gran alegría que te
reconozcan en tu pueblo… Y que te conozcan también».
Repasamos quienes van a acompañar a Cabañas en la gala de
los Viñadores, Ángel Pintado, en el
ámbito de la cultura; Asora, en el ámbito social; Panaderos Artesanos Jesús
Sánchez; en el ámbito económico y la Cooperativa de Ganaderos Manchegos, en el
ámbito de la Agricultura. El de los
Viñadores es un acto —a juicio del periodista, claro— de los mejores de la
Feria y Fiestas que sirve para hablar bien de los galardonados. Cabañas se
alegra por todos sus compañeros.
Tomelloso ha sido un personajes más en las viñetas de Cabaña
«tampoco he abusado mucho», señala
Cabañas. Y nos metemos de lleno a hablar de su trabajo, sin orden ni concierto,
como corresponde a dos tipos caóticos. «En
Actualidad Económica, diseñaba la doble página, que quedaba muy bien, y la mandaba
por fax. A todo color». Después de un montón de años en la cabecera
salmón, hubo un cambio de empresa y un
nuevo director «que quería algo más
moderno, me dijo... Y tras más de veinte años, a la calle.»
El periodista, le cuenta al artista, que ha visto
lustraciones de Cabañas en todo tipo de publicaciones «sí, yo ya no me acuerdo de la mitad de las cosas que he dibujado. He
dibujado en revistas rarísimas. No he hecho la cuenta pero he colaborado para
más de sesenta cabeceras». Y José Luis Cabañas lo tiene claro: «me lo he pasado bien».
José Luis Cabañas comenzó a ganarse el pan con sus lápices y
plumas a los 18 años «viniendo aquí, en
Tomelloso, mandaba dibujos a una revista que se llamaba “La Ballena Alegre”,
que estaba muy bien». Ya en Madrid, por mediación de un profesor, empezó a
colaborar en una revista corporativa «dibujaba
por la noche y no sé cómo saldría aquello,
pues nos bebíamos toda la producción de whiskey de Escocia». El
camarero nos trae un pincho de tortilla.
La Codorniz
Un hecho que demuestra la importancia de Cabañas como
dibujante e ilustrador es que «nunca he
ido con la carpeta a ningún sitio, siempre me llamaban. Creo que tan solo lo
hice una vez». La conversación nos lleva a su llegada a La Codorniz «me encontré con Alfonso Abelenda, un gran
dibujante y humorista, al que conocía de La Paleta Agromán». La Paleta
Agromán era un premio que una empresa constructora otorgaba al mejor chiste
gráfico del año y que Cabañas obtuvo en 1979. En 1973, con 20 años obtuvo un
accésit en ese importante certamen «estaba haciendo la mili». En la exposición
de La Paleta Agromán, Abelenda abordó a Cabañas «me pregunto por lo que estaba
haciendo y le dije que dibujaba para una revista que se llamaba “Ser padres”.
Quedamos al día siguiente para ir a la revista. Me tiré toda la noche dibujando
chistes». Aunque, nos confiesa que «no
tenía mucho interés por dibujar en La Codorniz
y ha sido una de las mejores cosas que me han pasado en la vida».
José Luis Cabañas estuvo en La Codorniz hasta su cierre «he cerrado muchas revistas, pero he
abierto muchas también. Me han llamado de muchos de muchos sitios. He
participado en proyectos, algunos desde el número cero en Expansión». También
pasó por una cabecera histórica, Blanco y Negro «de allí me echo Adolfo Prego porque dibujé cuatro viñetas, en una
doble página, sobre la legalización de PCE».
“Lo he pasado muy
bien dibujando”
Además de humor, Cabañas ha ilustrado infinidad de libros, «he tenido la suerte que me han llamado.
Con Moncho Alpuente hice varios libros». Y José Luis insiste, «yo me lo he pasado muy bien dibujando, pero
de pronto ha cambiado todo. Ahora es un trabajo que no está considerado». Hablamos sobre la importancia que tenían hace
algunos años los dibujantes españoles, los más considerados de todo el mundo,
tanto los humoristas gráficos como los dibujantes de cómics o los animadores.
En ese sentido, Cabañas señala que «han
animado dibujos míos, para campañas de publicidad y alguna cosas más».
La obra de Cabañas es fácilmente reconocible, ha creado un
estilo propio y, con mucho esfuerzo, ha conseguido una merecida fama. Con malicia
—y mucha sorna— el periodista le inquiere que si tiene algún “negro” o un
taller detrás, dada su ingente producción gráfica «no, no, lo hacía yo en casa». Nos cuenta que ha recibido una carta
de Madrigal «una carta dibujada, claro,
que me ha emocionado. “Somos hijos de La Codorniz y hay que echarle un par…”.
Me ha emocionado».
Volvemos al Viñador, un galardón «que me ha encantado. Me ha sorprendido como te he dicho, pero me ha
encantado. Y más viniendo de la alcaldesa que es un encanto, al menos eso pienso
yo». La charla nos lleva a hablar de Tomelloso. Y Cabañas nunca ha cortado
sus lazos con su pueblo, siempre ha mantenido viva la llama, relacionándose con
los artistas tomelloseros “expatriados” que residían en Madrid. «Cuando yo empecé no es como ahora que se
puede trabajar desde cualquier sitio y como te dé la gana, entonces había que
irnos a Madrid».
“Viñetor”
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Tomelloso, Cabañas
recuerda jugosas anécdotas —a cuenta del libro “Se llama Tomelloso”— de Eladio
Cabañero, del irreverente humor del poeta. En cuanto al centenario del
nacimiento de otro tomellosero ilustre, Francisco García Pavón, que se
conmemora el año próximo, José Luis Cabañas nos adelanta que está preparando
una exposición para la celebración. El artista ha participado en la campaña
“Libros a la calle” del Metro de Madrid, desde que empezó «el único año que no he participado ha sido este»
Uno de los muchos conocidos de Cabañas —también de quien
escribe— nos traslada una idea que nos parece brillante y habla del ingenio
tomellosero:
—¿Estás entrevistando al viñetor?
Mezclando en una palabra Viñador y hacedor de viñetas. El
sol nos da de lleno y optamos por dar fin a la entrevista y buscar sitios más
frescos.
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Domingo, 29 de Agosto del 2021
Sábado, 28 de Agosto del 2021
Lunes, 2 de Septiembre del 2019
Jueves, 21 de Noviembre del 2024
Jueves, 21 de Noviembre del 2024
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