Alicia salió al escenario de la plaza de España a cuerpo limpio, sin papeles ni un atril que le sirviese de protección. Se colocó en el centro (en los medios, que diría un taurino) y fue desgranando sus vivencias, confesándose ante los cientos de personas que abarrotaban la plaza de España, asegurando que, a pesar de estar en un perpetuum mobile  a lo largo de todo el mundo, siempre lleva a Tomelloso en su corazón. No en vano, Tomelloso es su “casa-casa”, como dijo.

Empezó fijando su origen, respondiendo al “¿tú de quién eres?” que cualquiera le puede cuestionar por la calle: “soy la chica de Cándido y la Ajera, hermana de Ana y Alberto” que se tuvo que ir a estudiar la carrera a Madrid. Tras ello inició el doctorado y comenzó a dar “pingotas” por el mundo. Alicia recordó a Don Luis, el maestro que le inoculó el amor a la ciencia, a la Conchi, la de las máquinas de escribir o a la eterna Aurora Sahuquillo.

Tomelloso fue una constante del pregón de Alicia Palacios. El ser de aquí le ha permitido enfrentarse a  muchas situaciones con menos miedos. Recordó las movilizaciones en favor del Hospital de las que su madre, Isabel, fue una pieza clave. “Tomelloso  siempre te precede”, aseguró, recordando las veces que ha podido presumir de pueblo en todo el mundo, desde Yosemite a Australia.

Y es que, Alicia siempre se ha sentido orgullosa de su pueblo y de todos sus vecinos, de Ricardo el del Beat, de Marquinetti… de tantos y tantos. La pregonera, además de teatrera, música y un montón de cosas más, también fue futbolista —gracias al empeño de su hermana Ana hubo fútbol femenino en la ciudad— y jugó con la alcaldesa, Inmaculada Jiménez. Tomelloso es un pueblo hueco, lleno de cuevas, de gente que se para en la calle, que habla y se interesa por la vida de sus hijos. Alicia está casada con un austriaco enamorado del pueblo que se admira de lo que les gusta a los tomelloseros pararse por la calle.

La pregonera confesó que, después de una temporada fuera, necesita venir a Tomelloso a empaparse de conversación, cariño, afecto, sentimientos, de vida, en definitiva. Y si se está bien en Tomelloso, en Feria es el sumun, hacerlo el 24 de agosto “es redondo”. Llegada a ese punto, la pregonera, repaso su experiencia de Feria. Acabó su estupendo pregón deseando una feliz Feria y Fiestas y con un ¡viva! A la Virgen de las Viñas.

Al final, como decimos, recibió una gran y sentida ovación del público, que rio, disfrutó y se emocionó con el pregón de Alicia que, a todos, se les hizo corto.