Continuamos el estudio de los apellidos tomelloseros con el
apellido Lara.
Según los investigadores, los primeros portadores de este
apellido hay que localizarlos en algunos caballeros de la época de los Reyes
Godos, y por más inmediatos históricamente a los Condes de Castilla, de los que
se desprendió la rama que formó esta casa apellidada de Lara, por haber poseído
el Señorío de Lara, cuyo nombre tomó.
Lara fue una de las grandes poblaciones de la península
ibérica de la antigüedad, cuyo nombre ha llegado hasta nuestros días gracias al
el testimonio de Fray Prudencio Sandoval, Obispo de Pamplona, que indicó que
sus ruinas ocupaban más de tres cuartos de legua. Tenía un alto castillo
(fundado en 902 por Gonzalo Fernández, Conde de Casilla). y se hallaba a cuatro
leguas de la ciudad de Burgos. Fue destruida por los árabes y reedificada por
orden del Rey Don Alfonso I “El Católico”, convirtiéndose en la Villa de Lara.
Actualmente en la burgalesa Jurisdicción de Lara podemos
encontrarnos varias localidades con el topónimo Lara en su nombre: Lara de los
Infantes, Paúles de Lara y Vega de Lara. Esta región originaria del apellido se
encuentra situada en la comarca de Sierra de la Demanda.
Cercanos a nuestra comarca tenemos la referencia histórica
de varios personajes que probaron su limpieza de sangre para ingresar como
religiosos en la Orden de Santiago: Alonso Lara, natural de Lillo, en Toledo
(1591) y Juan de Lara, natural de Alcázar de Consuegra – la vecina Alcázar de
San Juan-, en 1544; ambos con destino al Convento de Santiago de Uclés
(Cuenca).
Ante la Real Chancillería de Granada, y sin salirnos de
nuestra comarca, probaron su nobleza Agustín de Lara, vecino de Socuéllamos en
1571; Diego de Lara, vecino de Quero (Toledo), en 1588; Juan de Lara Manrique,
vecino de Quintanar de la Orden (Toledo), en 1639; Ángel de Lara y Ortega,
vecino de Villarrobledo (Albacete), en 1771; José Lara y Ortega, vecino de
Lillo (Toledo), en 1736; Juan Manuel de Lara Ortega, vecino de Lillo, en 1725;
y Pablo Antonio de Lara Ortega, natural de Lillo y vecino de Tembleque
(Toledo), en 1792. Como muestra de la importancia social y política que los
Laras tuvieron en nuestra comarca tenemos los ejemplos de Don Juan López
Manrique de Lara que en 1670 era Capellán en Alcázar de San Juan o Diego de
Abengózar Lara que fue alcalde de 1689 en Quero (Toledo).
Hasta 16 son los escudos de armas de diferentes familias que
portaron el apellido Lara.
Por proximidad a nuestra comarca detallamos las siguientes:
1.- Las primitivas del linaje fueron: En campo de gules, dos
calderas puestas en palo, jaqueladas de oro y sable, y gringoladas de ocho
cabezas de sierpe de sinople.
2.- Otros Lara: En campo de azur, una onza de oro. Bordura
de este metal, lisa.
3.- Los procedentes de Hita (Guadalajara) usan: Cinco
cabezas de moros, puestas en aspa. No se mencionan sus esmaltes.
4.- Otros Lara asentados en La Mancha: Jaquelado, cinco de oro, con un león de gules, y cuatro de gules, con un castillo de oro.
Las primeras referencias al apellido Lara en Tomelloso nos
llevan a la existencias de sendas Capellanías fundadas a finales del siglo XVI
en la localidad. Una era la de María López de la Parra, y entre las propiedades
que la componían tenemos la denominada “Huerta de Bernardo de Lara” con un
valor de 1.500 reales de vellón. La otra es la Capellanía de la Vera Cruz que
fue fundada por Juan Rodrigo de Lara que disponía de 556 fanegas en el Camino
de las Carrascas y otros bienes rústicos y urbanos. Siglos después todavía se
mantenía en Tomelloso la costumbre de reservar 169 reales de limosna de la
producción de esta capellanía para la celebración de una misa cantada y
mantener encendida la “lámpara de Jesús de Nazareno” en memoria del citado Juan
Rodrigo de Lara.
Desde el siglo XVII, miembros de los Lara del lugar formaban
parte del escalafón más alto de la sociedad de la época, consolidándose como
tales gracias a una próspera actividad agrícola e industrial como principal
fuente de ingresos. La utilidad obtenida por el aprovechamiento de sus tierras
llegó a estar cuantificada en unos 20.000 reales, aproximadamente.
A mediados del siglo XVIII, gracias al Catastro de Ensenada
tenemos referencias sobre algunos tomelloseros apellidados Lara en Tomelloso.
Algunos de ellos son:
- Sebastián Lara, que aparece como propietario de una casa
en la Calle de Galileo (antigua Travesía de Belén) que constaba de varios
cuartos y aunque no tenía tinajas si tenía un jaraíz. Otro propietario era
Marcos de Lara, con una casa en la Calle del Campo de Criptana (Calle del
Campo).
- Junto a la Casa de los Rodrigos (hoy Posada de los
Portales) la familia Lara (Tomás Lara y su mujer María de Lara) poseían un
amplísimo corral que hubo de ser cedido para dar lugar a la Calle Nueva de El
Altillo (actual calle Nueva). Este matrimonio eran grandes propietarios en Tomelloso,
pero también en Campo de Criptana, como muestra se cuantificaban 2000 vides de
su propiedad en la localidad tomellosera y 7.000 en la criptanense.
- De aquella época tenemos a Juan de Lara Cepeda como
tendero de especias y fruta seca, a Juan de Lara de profesión arriero y a los
panaderos Alfonso de Lara, Eugenio de Lara y Simón de Lara.
- Cuando se inició la actividad bodeguera en este siglo, la
familia Lara, junto con los Cepeda y Carranza tuvieron la propiedad compartida
de una bodega en la “Alquería de Los Arenales”.
En cuanto a los incidentes sociales de mediados del siglo
XVIII nos encontramos, en la localidad de Tomelloso, con un proceso del
Tribunal de la Inquisición contra Antonia de Lara, viuda de 36 años. Fue
acusada por Supersticiones ante la acusación que Ramona Morales, casada de 28
años, hizo ante el cura local, el 22 de abril de 1768, Don Juan Cristóbal
Manzanares.
La declarante informó al cura que Antonia Lara estaba en
trámites de casarse en segundas nupcias con el tomellosero José Olmedo, pero
que la familia de éste no la quería. Por eso la acusada le dijo que “todos los
días echa sal a José Olmedo y Ángela Olmedo, que son padre y hermana de su
novio José”. El hecho de echar la sal era considerado un acto de hechicería
pues según se tenía entendido las hechiceras conseguían así no tener visitas de
alguien indeseable o incluso provocarles algún mal.
Tras la declaración de una serie de testigos requeridos por el tribunal inquisitorial donde se confirmó que Antonia también realizaba oraciones contra el “mal de ojo”, que tenía en su poder una “forma consagrada para que no pudieran hacerle mal” fue condenada a prisión en la Cárcel de la Inquisición de cuenta siendo el dictamen que Antonia Lara “contenía pacto expreso con el diablo, con invocación expresa, supersticiones y sortilegios”.
En los inicios del siglo XIX vemos la existencia de varios
Despachos Ejecutivos, que desde Alcázar de San Juan, se realizan para que los
vecinos tomelloseros con propiedades en la localidad vecina procedan al pago
del Cupo de Utensilios de la Plaza de Armas de Castilla La Nueva. Como
curiosidad estos despachos eran firmados a instancia de Vicente Álvarez de
Lara, Regidor de la localidad alcazareña, y uno de los deudores era el vecino
de Tomelloso José de Lara.
En el último cuarto del siglo XIX nos encontramos a Juan
Tomás Lara López como matriculado en la Facultad de Filosofía y Letras en la
Universidad Central de Madrid. Unas décadas después, ya en el siglo XX, nos
encontramos en la misma institución a los hermanos Benito López Lara y
Sebastián López Lara ingresados en la Facultad de Ciencias. También en la
Universidad Central podemos observar el expediente (1908) para la expedición
del Título de Bachiller del tomellosero Anselmo Palacios Lara, alumno del Instituto
de Ciudad Real.
Entre los contribuyentes con la capacidad de ser electores,
en 1877 nos encontramos como Propietarios a: Benito Lara Serrano y Miguel Lara
Marquitos, en la Calle la Feria; Juan Lara Perales de Tomás y José Lara Valera,
en la Calle Independencia; Juan Antonio Lara Martínez, en la Calle Mayor; Juan
Pedro Lara Marquitos y Vicente Lara Jiménez, en la Calle Cruz Verde; Lucio Lara
Cepeda, en la Calle Campo; Nicolás Lara Lahoz, en la Calle San Mateo; y Tomás
Lara Tejero, en la Calle Alcázar. Como Propietarios y Fabricantes de
aguardiente, tenemos a los hermanos Leoncio y Tiburcio Peinado Lara, en las
Calles Feria y Mayor, respectivamente.
De finales del siglo XIX tenemos a un personaje natural de
Tomelloso (nacido en septiembre de 1875) que destacó en la profesión militar.
Se trata del coronel Vicente Lomas Moreno. Su esposa fue la también tomellosera
María Josefa Lara, y tuvieron su domicilio en la Calle de San Cristóbal número
15 y, posteriormente, en la calle Alfonso XII número 7. De este matrimonio
nacerían Santiago, Vicente, Jacinto y María Josefa Lomas Lara.
Como alcaldes de Tomelloso que portaron el apellido Lara
tenemos a Tiburcio Peinado Lara (desde julio de 1877 a noviembre de 1890),
Francisco Antonio Espinosa Lara (de noviembre de 1913 a mayo de 1914I y Juan de
Mata Espinosa Lara (de marzo de 1927 a junio de 1929):
E iniciamos el recorrido de algunos sucesos que, a lo largo
del siglo XIX, han tenido en su desarrollo a algún tomellosero apellidado Lara:
- En 1901 nos encontramos con Eladio Cobo Lara, quien junto
a José Cruz Peinado Herreros y Juan Cobo Martínez fueron procesados y
condenados a injustamente por el robo acaecido en las Casas de Doña Ramona
Díaz. Fueron encerrados en el Penal de Ceuta hasta que fueron puestos en
libertad en 1904.
- En abril de 1905 tenemos a Marcial Lara Membrillo quien
empedró la Glorieta de la Reina María Cristina por un importe de 25 céntimos la
vara, siendo el total de 14 varas. Unos años después este mismo personaje fue
el encargado de empedrar las aceras de la Calle Don Víctor Peñasco. Por esta
tarea cobró en enero de 1917 la cantidad de 155 pesetas.
- En abril de 1918, en la casa de José Lara en la Calle de
Raimundo Cepeda se puso la primera luz de la calle.
- El 28 de febrero de 1918 la vecina Ramona Ortiz Montañés se presentó ante el Juez Municipal de Tomelloso, Don Juan Cuartero García, y su secretario, Don Enrique Ferrer, para informar que se había encontrado un niño “que fue puesto a la puerta de su domicilio de la calle de carboneros número 29”. El niño estaba envuelto en un pedazo de tela blanca y tenía pocas horas de edad. Esta mujer indicó que, si no había inconveniente quería quedarse con él, cosa que las autoridades locales consintieron. De esta manera, el niño abandonado fue registrado con el nombre de Lucinio Lara Ortiz.
- En 1921 nos encontramos a Juliana Lara Cobo, que fue
expropiada forzosamente para que su propiedad sirviera para el ensanche de la
Calle San Lorenzo (antigua Calle del Lobo).
- Quizá uno de los hechos más curiosos con un Lara como
protagonista lo tenemos hacia 1920 con Lorenzo Lara Ortiz. Este joven había
nacido, aproximadamente, en la primera década del siglo XX. Siendo un
jovenzuelo de unos 13 años tras terminar la campaña de trilla en la era de su
abuelo Lorenzo, fue a casa de éste a pedir su merecida paga. Llegado a casa del
abuelo, estaba allí Don José María Serna, importante hombre de la sociedad
tomellosera de la época. A los dos hombres les hizo gracia el desparpajo del muchacho
pidiendo su jornal, y tanto agradó al prohombre la actitud del muchacho que le
aseguró que se pondría su nombre a la estatua del pescador que se iba a colocar
en la Glorieta de María Cristina. Así se hizo, y desde entonces la figura del
“Lorencete” fue conocida popularmente por este nombre; y aunque la estatua
original fuese restaurada en 1953 o cambiada en varias ocasiones (1963, 1995 y
2015), el nombre es inamovible en recuerdo a aquel jovenzuelo tomellosero
Lorenzo Lara.
- En diciembre de 1921, se acordó por el Ayuntamiento
proceder al empedrado de la Calle Carlos Morales (conocida anteriormente como
Calle del Toledillo). Esta tarea fue realizada durante el verano de 1922, y por
dicho trabajo Manuel Lara cobró la cantidad de 167 pesetas por los 30 jornales
que se precisaron. Este tomellosero también fue el encargado de empedrar, en
junio de 1933, la Calle Juan José Rodrigo; por lo cual recibió 619 pesetas por
los 328 metros cuadrados de mano de obra de empedrado.
- Popular a partir de la década de los años 20 del pasado
siglo fue el matrimonio Israel Serrano Malagón (natural de Almagro) y la
tomellosera Mercedes Lara. Él era conocido popularmente por el apodo “el
Gallo”, y se dedicaban a la venta de berenjenas por las calles y en la plaza de
la localidad.
- El 8 de junio de 1943, el Diario Provincial Lanza, se hacía eco la muerte de dos voluntarios de la División Azul, natural de Tomelloso. Eran Laureano Lara Lara y Juan Pablo Cobo Moraleda. Laureano Lara había nacido el 15 de septiembre de 1923, siendo hijo de José Lara e Iluminada Lara teniendo el domicilio familiar en la Calle del Alba.
Ya más cercana en el tiempo tenemos la siguiente noticia
fechada en junio de 1968, donde se informa de como en el Sorteo Extraordinario
de la Lotería Nacional celebrado el miércoles día 5 de junio de ese año, el
primer premio recayó al número 03974 y correspondió a Tomelloso, Hospitalet de
Llobregat y Zaragoza. Uno de los tomelloseros agraciados, al menos fueron
cuatro, fue Valentín Lara Olmedo, Agente Comercial, que había comprado el
número en Madrid en la Administración de Doña María Justa Álvarez, situada en
la Calle Mayor número 10 de la capital de España. Valentín Lara recibió por el
décimo que jugaba dos millones y medio de pesetas.
Además de la curiosidad de la noticia, con un Lara como
protagonista, me sirve la misma como mi particular homenaje al corresponsal que
desde Tomelloso se hizo eco de ella. Ni más ni menos que José Luís Albiñaña
desde el Diario Provincial Lanza. Hoy, desde estas líneas, mi reconocimiento a
su actividad profesional y mi felicitación pública por su pasada elección como
Viñador de Honor con motivo de la Feria y Fiestas de su Tomelloso natal.
Como reminiscencia de la actividad vitícola de las familias tomelloseras durante décadas, como no traer a este espacio la Cueva de Florencio Lara. Se encuentra situada en la Calle Serrano y fue construida en la década de los años 30 del siglo XX. Una cueva con 14 tinajas de cemento de 440 arrobas de capacidad, más otras más pequeñas para el uso cotidiano. Hoy junto a Florencio, a sus 93 años, su hijo Jesús Lara y sus nietas Elena Lara y Noelia Lara son los herederos de un patrimonio de un gran valor para conocer más de la historia económica y social de Tomelloso.
Como ejemplo de una imagen internacional de Tomelloso en el ámbito deportivo destacar al tomellosero Jesús Serrano Lara. Nacido el 3 de julio de 1978, sus éxitos deportivos hay que localizarlos en el tiro deportivo en las disciplinas de Foso Olímpico y Foso Universal. Participante en los Juegos Olímpicos de Pekín y Londres (con una meritoria quinta posición que le otorga el preciado Diploma Olímpico), fue ganador también de la Copa del Mundo en Maribor (Eslovenia)… Estos premios son sólo una muestra del sinfín de éxitos y récords de una dilatada carrera deportiva.
Como curiosidad última, y gracias una vez más a los datos
obtenidos del libro “Historia de las calles de Tomelloso” de Ángel y Vicente
Morales, según la documentación del Cementerio Municipal, “la persona más
anciana enterrada en él es Florentina Lara Marquina, fallecida el 15 de febrero
del año 2009 a la edad de 106 años y 6 meses”.
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