Descubriendo Tomelloso

De los apellidos de Tomelloso (XXI): Lara

Ángel Martín-Fontecha | Sábado, 16 de Septiembre del 2023
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Continuamos el estudio de los apellidos tomelloseros con el apellido Lara.

Según los investigadores, los primeros portadores de este apellido hay que localizarlos en algunos caballeros de la época de los Reyes Godos, y por más inmediatos históricamente a los Condes de Castilla, de los que se desprendió la rama que formó esta casa apellidada de Lara, por haber poseído el Señorío de Lara, cuyo nombre tomó.

Lara fue una de las grandes poblaciones de la península ibérica de la antigüedad, cuyo nombre ha llegado hasta nuestros días gracias al el testimonio de Fray Prudencio Sandoval, Obispo de Pamplona, que indicó que sus ruinas ocupaban más de tres cuartos de legua. Tenía un alto castillo (fundado en 902 por Gonzalo Fernández, Conde de Casilla). y se hallaba a cuatro leguas de la ciudad de Burgos. Fue destruida por los árabes y reedificada por orden del Rey Don Alfonso I “El Católico”, convirtiéndose en la Villa de Lara.

Actualmente en la burgalesa Jurisdicción de Lara podemos encontrarnos varias localidades con el topónimo Lara en su nombre: Lara de los Infantes, Paúles de Lara y Vega de Lara. Esta región originaria del apellido se encuentra situada en la comarca de Sierra de la Demanda.

Cercanos a nuestra comarca tenemos la referencia histórica de varios personajes que probaron su limpieza de sangre para ingresar como religiosos en la Orden de Santiago: Alonso Lara, natural de Lillo, en Toledo (1591) y Juan de Lara, natural de Alcázar de Consuegra – la vecina Alcázar de San Juan-, en 1544; ambos con destino al Convento de Santiago de Uclés (Cuenca).

Ante la Real Chancillería de Granada, y sin salirnos de nuestra comarca, probaron su nobleza Agustín de Lara, vecino de Socuéllamos en 1571; Diego de Lara, vecino de Quero (Toledo), en 1588; Juan de Lara Manrique, vecino de Quintanar de la Orden (Toledo), en 1639; Ángel de Lara y Ortega, vecino de Villarrobledo (Albacete), en 1771; José Lara y Ortega, vecino de Lillo (Toledo), en 1736; Juan Manuel de Lara Ortega, vecino de Lillo, en 1725; y Pablo Antonio de Lara Ortega, natural de Lillo y vecino de Tembleque (Toledo), en 1792. Como muestra de la importancia social y política que los Laras tuvieron en nuestra comarca tenemos los ejemplos de Don Juan López Manrique de Lara que en 1670 era Capellán en Alcázar de San Juan o Diego de Abengózar Lara que fue alcalde de 1689 en Quero (Toledo).

Hasta 16 son los escudos de armas de diferentes familias que portaron el apellido Lara.

Por proximidad a nuestra comarca detallamos las siguientes:

1.- Las primitivas del linaje fueron: En campo de gules, dos calderas puestas en palo, jaqueladas de oro y sable, y gringoladas de ocho cabezas de sierpe de sinople.

2.- Otros Lara: En campo de azur, una onza de oro. Bordura de este metal, lisa.

3.- Los procedentes de Hita (Guadalajara) usan: Cinco cabezas de moros, puestas en aspa. No se mencionan sus esmaltes.

4.- Otros Lara asentados en La Mancha: Jaquelado, cinco de oro, con un león de gules, y cuatro de gules, con un castillo de oro.


Las primeras referencias al apellido Lara en Tomelloso nos llevan a la existencias de sendas Capellanías fundadas a finales del siglo XVI en la localidad. Una era la de María López de la Parra, y entre las propiedades que la componían tenemos la denominada “Huerta de Bernardo de Lara” con un valor de 1.500 reales de vellón. La otra es la Capellanía de la Vera Cruz que fue fundada por Juan Rodrigo de Lara que disponía de 556 fanegas en el Camino de las Carrascas y otros bienes rústicos y urbanos. Siglos después todavía se mantenía en Tomelloso la costumbre de reservar 169 reales de limosna de la producción de esta capellanía para la celebración de una misa cantada y mantener encendida la “lámpara de Jesús de Nazareno” en memoria del citado Juan Rodrigo de Lara.

Desde el siglo XVII, miembros de los Lara del lugar formaban parte del escalafón más alto de la sociedad de la época, consolidándose como tales gracias a una próspera actividad agrícola e industrial como principal fuente de ingresos. La utilidad obtenida por el aprovechamiento de sus tierras llegó a estar cuantificada en unos 20.000 reales, aproximadamente.

A mediados del siglo XVIII, gracias al Catastro de Ensenada tenemos referencias sobre algunos tomelloseros apellidados Lara en Tomelloso. Algunos de ellos son:

- Sebastián Lara, que aparece como propietario de una casa en la Calle de Galileo (antigua Travesía de Belén) que constaba de varios cuartos y aunque no tenía tinajas si tenía un jaraíz. Otro propietario era Marcos de Lara, con una casa en la Calle del Campo de Criptana (Calle del Campo).

- Junto a la Casa de los Rodrigos (hoy Posada de los Portales) la familia Lara (Tomás Lara y su mujer María de Lara) poseían un amplísimo corral que hubo de ser cedido para dar lugar a la Calle Nueva de El Altillo (actual calle Nueva). Este matrimonio eran grandes propietarios en Tomelloso, pero también en Campo de Criptana, como muestra se cuantificaban 2000 vides de su propiedad en la localidad tomellosera y 7.000 en la criptanense.

- De aquella época tenemos a Juan de Lara Cepeda como tendero de especias y fruta seca, a Juan de Lara de profesión arriero y a los panaderos Alfonso de Lara, Eugenio de Lara y Simón de Lara.

- Cuando se inició la actividad bodeguera en este siglo, la familia Lara, junto con los Cepeda y Carranza tuvieron la propiedad compartida de una bodega en la “Alquería de Los Arenales”.

En cuanto a los incidentes sociales de mediados del siglo XVIII nos encontramos, en la localidad de Tomelloso, con un proceso del Tribunal de la Inquisición contra Antonia de Lara, viuda de 36 años. Fue acusada por Supersticiones ante la acusación que Ramona Morales, casada de 28 años, hizo ante el cura local, el 22 de abril de 1768, Don Juan Cristóbal Manzanares.

La declarante informó al cura que Antonia Lara estaba en trámites de casarse en segundas nupcias con el tomellosero José Olmedo, pero que la familia de éste no la quería. Por eso la acusada le dijo que “todos los días echa sal a José Olmedo y Ángela Olmedo, que son padre y hermana de su novio José”. El hecho de echar la sal era considerado un acto de hechicería pues según se tenía entendido las hechiceras conseguían así no tener visitas de alguien indeseable o incluso provocarles algún mal.

Tras la declaración de una serie de testigos requeridos por el tribunal inquisitorial donde se confirmó que Antonia también realizaba oraciones contra el “mal de ojo”, que tenía en su poder una “forma consagrada para que no pudieran hacerle mal” fue condenada a prisión en la Cárcel de la Inquisición de cuenta siendo el dictamen que Antonia Lara “contenía pacto expreso con el diablo, con invocación expresa, supersticiones y sortilegios”.


En los inicios del siglo XIX vemos la existencia de varios Despachos Ejecutivos, que desde Alcázar de San Juan, se realizan para que los vecinos tomelloseros con propiedades en la localidad vecina procedan al pago del Cupo de Utensilios de la Plaza de Armas de Castilla La Nueva. Como curiosidad estos despachos eran firmados a instancia de Vicente Álvarez de Lara, Regidor de la localidad alcazareña, y uno de los deudores era el vecino de Tomelloso José de Lara.

En el último cuarto del siglo XIX nos encontramos a Juan Tomás Lara López como matriculado en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid. Unas décadas después, ya en el siglo XX, nos encontramos en la misma institución a los hermanos Benito López Lara y Sebastián López Lara ingresados en la Facultad de Ciencias. También en la Universidad Central podemos observar el expediente (1908) para la expedición del Título de Bachiller del tomellosero Anselmo Palacios Lara, alumno del Instituto de Ciudad Real.

Entre los contribuyentes con la capacidad de ser electores, en 1877 nos encontramos como Propietarios a: Benito Lara Serrano y Miguel Lara Marquitos, en la Calle la Feria; Juan Lara Perales de Tomás y José Lara Valera, en la Calle Independencia; Juan Antonio Lara Martínez, en la Calle Mayor; Juan Pedro Lara Marquitos y Vicente Lara Jiménez, en la Calle Cruz Verde; Lucio Lara Cepeda, en la Calle Campo; Nicolás Lara Lahoz, en la Calle San Mateo; y Tomás Lara Tejero, en la Calle Alcázar. Como Propietarios y Fabricantes de aguardiente, tenemos a los hermanos Leoncio y Tiburcio Peinado Lara, en las Calles Feria y Mayor, respectivamente.

De finales del siglo XIX tenemos a un personaje natural de Tomelloso (nacido en septiembre de 1875) que destacó en la profesión militar. Se trata del coronel Vicente Lomas Moreno. Su esposa fue la también tomellosera María Josefa Lara, y tuvieron su domicilio en la Calle de San Cristóbal número 15 y, posteriormente, en la calle Alfonso XII número 7. De este matrimonio nacerían Santiago, Vicente, Jacinto y María Josefa Lomas Lara.

Como alcaldes de Tomelloso que portaron el apellido Lara tenemos a Tiburcio Peinado Lara (desde julio de 1877 a noviembre de 1890), Francisco Antonio Espinosa Lara (de noviembre de 1913 a mayo de 1914I y Juan de Mata Espinosa Lara (de marzo de 1927 a junio de 1929):

E iniciamos el recorrido de algunos sucesos que, a lo largo del siglo XIX, han tenido en su desarrollo a algún tomellosero apellidado Lara:

- En 1901 nos encontramos con Eladio Cobo Lara, quien junto a José Cruz Peinado Herreros y Juan Cobo Martínez fueron procesados y condenados a injustamente por el robo acaecido en las Casas de Doña Ramona Díaz. Fueron encerrados en el Penal de Ceuta hasta que fueron puestos en libertad en 1904.

- En abril de 1905 tenemos a Marcial Lara Membrillo quien empedró la Glorieta de la Reina María Cristina por un importe de 25 céntimos la vara, siendo el total de 14 varas. Unos años después este mismo personaje fue el encargado de empedrar las aceras de la Calle Don Víctor Peñasco. Por esta tarea cobró en enero de 1917 la cantidad de 155 pesetas.

- En abril de 1918, en la casa de José Lara en la Calle de Raimundo Cepeda se puso la primera luz de la calle.

- El 28 de febrero de 1918 la vecina Ramona Ortiz Montañés se presentó ante el Juez Municipal de Tomelloso, Don Juan Cuartero García, y su secretario, Don Enrique Ferrer, para informar que se había encontrado un niño “que fue puesto a la puerta de su domicilio de la calle de carboneros número 29”. El niño estaba envuelto en un pedazo de tela blanca y tenía pocas horas de edad. Esta mujer indicó que, si no había inconveniente quería quedarse con él, cosa que las autoridades locales consintieron. De esta manera, el niño abandonado fue registrado con el nombre de Lucinio Lara Ortiz.


- En 1921 nos encontramos a Juliana Lara Cobo, que fue expropiada forzosamente para que su propiedad sirviera para el ensanche de la Calle San Lorenzo (antigua Calle del Lobo).

- Quizá uno de los hechos más curiosos con un Lara como protagonista lo tenemos hacia 1920 con Lorenzo Lara Ortiz. Este joven había nacido, aproximadamente, en la primera década del siglo XX. Siendo un jovenzuelo de unos 13 años tras terminar la campaña de trilla en la era de su abuelo Lorenzo, fue a casa de éste a pedir su merecida paga. Llegado a casa del abuelo, estaba allí Don José María Serna, importante hombre de la sociedad tomellosera de la época. A los dos hombres les hizo gracia el desparpajo del muchacho pidiendo su jornal, y tanto agradó al prohombre la actitud del muchacho que le aseguró que se pondría su nombre a la estatua del pescador que se iba a colocar en la Glorieta de María Cristina. Así se hizo, y desde entonces la figura del “Lorencete” fue conocida popularmente por este nombre; y aunque la estatua original fuese restaurada en 1953 o cambiada en varias ocasiones (1963, 1995 y 2015), el nombre es inamovible en recuerdo a aquel jovenzuelo tomellosero Lorenzo Lara.

- En diciembre de 1921, se acordó por el Ayuntamiento proceder al empedrado de la Calle Carlos Morales (conocida anteriormente como Calle del Toledillo). Esta tarea fue realizada durante el verano de 1922, y por dicho trabajo Manuel Lara cobró la cantidad de 167 pesetas por los 30 jornales que se precisaron. Este tomellosero también fue el encargado de empedrar, en junio de 1933, la Calle Juan José Rodrigo; por lo cual recibió 619 pesetas por los 328 metros cuadrados de mano de obra de empedrado.

- Popular a partir de la década de los años 20 del pasado siglo fue el matrimonio Israel Serrano Malagón (natural de Almagro) y la tomellosera Mercedes Lara. Él era conocido popularmente por el apodo “el Gallo”, y se dedicaban a la venta de berenjenas por las calles y en la plaza de la localidad.

- El 8 de junio de 1943, el Diario Provincial Lanza, se hacía eco la muerte de dos voluntarios de la División Azul, natural de Tomelloso. Eran Laureano Lara Lara y Juan Pablo Cobo Moraleda. Laureano Lara había nacido el 15 de septiembre de 1923, siendo hijo de José Lara e Iluminada Lara teniendo el domicilio familiar en la Calle del Alba.


Ya más cercana en el tiempo tenemos la siguiente noticia fechada en junio de 1968, donde se informa de como en el Sorteo Extraordinario de la Lotería Nacional celebrado el miércoles día 5 de junio de ese año, el primer premio recayó al número 03974 y correspondió a Tomelloso, Hospitalet de Llobregat y Zaragoza. Uno de los tomelloseros agraciados, al menos fueron cuatro, fue Valentín Lara Olmedo, Agente Comercial, que había comprado el número en Madrid en la Administración de Doña María Justa Álvarez, situada en la Calle Mayor número 10 de la capital de España. Valentín Lara recibió por el décimo que jugaba dos millones y medio de pesetas.

Además de la curiosidad de la noticia, con un Lara como protagonista, me sirve la misma como mi particular homenaje al corresponsal que desde Tomelloso se hizo eco de ella. Ni más ni menos que José Luís Albiñaña desde el Diario Provincial Lanza. Hoy, desde estas líneas, mi reconocimiento a su actividad profesional y mi felicitación pública por su pasada elección como Viñador de Honor con motivo de la Feria y Fiestas de su Tomelloso natal.

Como reminiscencia de la actividad vitícola de las familias tomelloseras durante décadas, como no traer a este espacio la Cueva de Florencio Lara. Se encuentra situada en la Calle Serrano y fue construida en la década de los años 30 del siglo XX. Una cueva con 14 tinajas de cemento de 440 arrobas de capacidad, más otras más pequeñas para el uso cotidiano. Hoy junto a Florencio, a sus 93 años, su hijo Jesús Lara y sus nietas Elena Lara y Noelia Lara son los herederos de un patrimonio de un gran valor para conocer más de la historia económica y social de Tomelloso.


Como ejemplo de una imagen internacional de Tomelloso en el ámbito deportivo destacar al tomellosero Jesús Serrano Lara. Nacido el 3 de julio de 1978, sus éxitos deportivos hay que localizarlos en el tiro deportivo en las disciplinas de Foso Olímpico y Foso Universal. Participante en los Juegos Olímpicos de Pekín y Londres (con una meritoria quinta posición que le otorga el preciado Diploma Olímpico), fue ganador también de la Copa del Mundo en Maribor (Eslovenia)… Estos premios son sólo una muestra del sinfín de éxitos y récords de una dilatada carrera deportiva.


Como curiosidad última, y gracias una vez más a los datos obtenidos del libro “Historia de las calles de Tomelloso” de Ángel y Vicente Morales, según la documentación del Cementerio Municipal, “la persona más anciana enterrada en él es Florentina Lara Marquina, fallecida el 15 de febrero del año 2009 a la edad de 106 años y 6 meses”.

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