“En
el ocaso de nuestra vida seremos juzgados en el amor”
San Juan de la
Cruz
Hoy celebramos el día del
Patrón de los poetas, fue precisamente un 14 de diciembre cuando falleció San
Juan de la Cruz, de ello hace ya casi cuatro siglos y medio. Está considerado
como uno de los máximos exponentes de la poesía Mística junto a Santa Teresa de
Jesús. Mucha gente pasa de puntillas sobre el tema de la mística por diferentes
razones, bien porque no termina de entender este concepto, o bien porque
interpreta que está alejado de nuestro momento actual y pertenece a la gente
religiosa y se lleva a cabo dentro del ámbito monacal.
Salvando las distancias,
les invito a adentrarse en su poesía, especialmente a quienes seamos aspirantes
al mundo poético y deseemos deleitarnos con este tipo de poesía sublime. No es
tan compleja de entender y si consideramos que el “amor” es precisamente su
temática rey, nos adentrará en las profundidades de sus tempestades.
Para entrar en materia
les dejo este ejemplo de uno de sus poemas más conocidos de Llama del amor
viva:
¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
pues ya no eres esquiva,
acaba ya si quieres;
rompe la tela de este dulce encuentro.
¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!,
matando muerte en vida la has trocado.
Para conocer la poesía de
San Juan de la Cruz debemos conocer todas las penurias que este patrón de los
poetas experimentó, especialmente cuando sufrió cautiverio y tuvo que estar
prisionero en una celda oscura. Tuvo que sufrir persecución y prisión y
precisamente fue esta situación la que dio fruto a su poesía mística. Al igual
que ha ocurrido con otros muchos poetas de la historia, quienes lamentablemente
han resurgido de sus cenizas y nos han entretejido los poemas más maravillosos
que hasta hoy día nos tienen conquistados y aun lloramos cuando los escuchamos,
como por ejemplo “Las nanas de la
cebolla” de Miguel Hernández.
La obra de San Juan de la Cruz trasciende la dimensión
religiosa, tocando el alma de creyentes y no creyentes de igual manera. Su
poesía es un puente dorado de guirnaldas entre el lenguaje humano y lo divino.
Juan de Yepes y Álvarez
nació en Fontiveros (Ávila) el día 24 de junio de 1542 en el seno de una
familia humilde. Ingresó en el Carmelo en 1563 y estudió teología en Salamanca.
En 1567 conoció a Santa Teresa de Jesús y colaboró en la reforma de la orden
carmelita, fue a partir de este momento cuando adoptó el nombre de San Juan de la Cruz y
defendió la austeridad y la espiritualidad profunda.
Otra sesgo que marcó su
persona fue la ascendencia morisca de su madre, la cual dio pie a diversos
comentarios, sin embargo no supuso tanto un demérito, sino todo lo contrario,
un aliciente más para mostrar el amor y la grandeza de ánimo de la mujer quien
a pesar de enviudar trató de inculcar
una profunda religiosidad a sus dos hijos, Francisco y Juan. Más tarde se
traslada a Medina del Campo, donde trabajó en un hospital y estudió humanidades
con los jesuitas. En 1562, es elegido prior de Granada, iniciando su gran etapa
de escritor con sus obras cumbres: “Subida al Monte Carmelo”, “Noche oscura”,
“Cántico Espiritual” y “Llama de amor viva”.
Sus viajes le llevaron por toda Andalucía, por Lisboa y hasta Caravaca de la Cruz. Falleció en Úbeda, el día 14 de diciembre de 1591. En cuanto a su enfermedad, confirman que murió de una “erisipela” que degeneró en una septicemia, una infección generalizada de estafilococos.
A San Juan de la Cruz se le han atribuido varios títulos, entre ellos el más importante, el de Patrón de los poetas y en el año 2010 también le otorgaron el patronazgo de los “raperos”. No cabe la menor duda de que su poesía sigue deleitando incluso en el cante “jondo”, no sólo porque lo haya cantado Enrique Morente, sino por la profundidad de su sentimientos. Su poesía está impregnada de palabras bellas y de una simbología que se irradian a través de su amor y su inquebrantable fe del santo carmelita. En definitiva utiliza un amor ennoblecido y unido a Dios, pues: “adonde no hay amor, ponga amor y sacará amor”, nos dirá.
Las fuentes líricas de San Juan de la Cruz son la
Biblia, el Cantar de los Cantares y las “bellas margaritas” que le acompañaron hasta
su muerte. Y otra fuente de máxima inspiración poética es la Naturaleza de donde
recoge gran parte de sus metáforas, la “tortolica”, los “gamos saltadores” a su
vista por La Peñuela y en la Sierra de Cazorla donde viera esos huertos
cuajados de flores y frutos.
Relevancia hasta el siglo XXI
La obra de San Juan de la Cruz sigue siendo admirada por muchos autores contemporáneos como son T.S Eliot y Octavio Paz. En lo que atañe a su inspiración en la búsqueda de lo espiritual nos marca un claro desafío en nuestra sociedad actual marcada por el materialismo y la desconexión espiritual. Hoy en día, resulta un faro como aquel que alumbraba en Alejandría para guiar a los creadores hacia la introspección y la trascendencia. Su poema de La noche oscura sigue siendo una metáfora para los procesos de crisis personal y renovación.
OPINIÓN SOBRE LA POESÍA
Llegados a este punto les
haré la siguiente reflexión sobre la poesía. Hace poco tiempo he tenido la
oportunidad de asistir a un recital en el que he contemplado una amplia galería
de aspirantes a poetas, desde personas que se han dedicado a trabajar en los
viñedos y diferentes oficios relacionados con el pueblo de Tomelloso hasta
gente medianamente más formada, desde el punto de vista intelectual.
Y lo cierto, es que
resulta bastante curioso observar cómo los sentimientos nobles brotan en sus
mentes como manantiales con raudales de poesía. Pero realmente, ¿se han
cuestionado qué es la poesía?, ¿han intentado hacer un esfuerzo por entender lo
que los grandes poetas de nuestra historia y distintas generaciones hicieron
con su poesía para transformar el mundo?.
La poesía es un bálsamo o
quizá una ráfaga de aire fresco y poderoso que te conmueve y estimula tu alma,
muchas veces para sobrevivir ante tanta farsa y un mundo narcotizado por el
materialismo y la desconexión espiritual. Precisamente, esa sea justamente la
respuesta a esta pregunta anteriormente formulada: la POESÍA. Te libera, es
anárquica, es revolución, te desintoxica y te hace perder la razón. La poesía
está en la calle, pertenece al pueblo.
La poesía es acariciar al pobre, llorar con los que sufren, denunciar la corrupción y tantas injusticias. La poesía puede ser indomable, tierna y obstinada al mismo tiempo que llena de emoción. Es una peregrina que se pasea con ilusiones mientras contempla la belleza y se funde en el paisaje. Te embriaga a veces con su locura, otras en cambio te llena de pasión, amor, desamor, conmoción, plegaria, desatino e incluso frustración y nostalgia.
Es el alcázar y baluarte en el que se refugia el ser humano cuando se siente triste y desposeído. No hay más que hacer un pequeño periplo cronológico tras las huellas de la poesía para ver lo que ha sido.
La poesía es intrínseca a
la tierra, la naturaleza, refleja la belleza, la contemplación de un nuevo día
y lo rescata de lo común, lo eleva a la espiritualidad y lo sublima en la
maravilla de la espiritualidad, de la cual el ser humano está cada día más lejos.
Pero mi pregunta es la siguiente,
¿cualquier persona es un poeta?. ¿Cabe todo en la poesía?, ¿la poesía anterior
( de Garcilaso, Quevedo, Góngora, Machado, Lorca, Alberti, Cernuda, etc) se
puede considerar la auténtica poesía por excelencia o es la poesía más
contemporánea a la que nos vemos avocados actualmente, una poesía más
transgresora y mejor?. Citando al poeta León Felipe y rezando algunos de sus
versos, nos da una definición de la auténtica poesía:
Quitarle los caireles,
arrancarle las cintas,
los lazos y las flores.
Dejarla desnuda,
sin máscara, sin ropaje.
Lo que queda,
lo que sangra y respira,
eso es la poesía.
Quizá les esté abrumando con tantas preguntas aunque es necesario cuestionárselas. Nuestra sociedad actual está perdiendo parte de su verdadera esencia e identidad, los valores están en decadencia, la sociedad tiende a lo inmediato y al placer, el hedonismo y los lujos se han convertido en algo prioritario en las sociedades occidentales a pesar de estar viviendo tiempos convulsos donde las guerras y los cambios geopolíticos pueden ser más inmediatos de lo que nos esperamos. Es por ello que se mezcla la poesía con las nuevas tecnologías, las imágenes, los versos, la provocación, el desaliento…… pero la esencia pura, ¿el cambio y la emoción, están adulterados?. Esta es la pregunta que debemos hacernos. La resiliencia, las crisis mentales, la violencia, los abusos,…..¿no será que la poesía está emigrando a otros lugares y cada vez está más distante y fría?. Quizá deberíamos recuperarla.
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Miércoles, 18 de Diciembre del 2024
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