La luna llora
lágrimas de plata
al ver a los niños
llorando y temblando
por la falta de
justicia y equidad
de estos tiempos
duros tan amargos.
Dulce de rica leche
ella prepara
en recipiente de
plata de estrellas
para endulzar su apenada
vida
y aproximar la
ternura que vierte en ella.
Pero no han de
rendirse en la espera,
sino iluminar el
camino con bengalas de fuerza;
la terca esperanza no
cae rendida ni presa,
pues el corazón se
amolda a su naturaleza.
Cargan de esperanza
las maletas de la vida pero
maltratan sus
ilusiones los manipuladores de sueños,
aprietan sus garras
rapaces los bracitos bellos,
su hermosa ingenuidad
se rompe por los malditos, ellos;
aun así, los niños
siguen mostrando su empeño,
su terca esperanza no
cae en baldío terreno
y sueñan y sueñan con
un mundo mejor y más sincero.
{{comentario.contenido}}
"{{comentariohijo.contenido}}"