Opinión

Succession: El Rey Lear en nuestro tiempo

Luis Manuel Serrano Novillo | Sábado, 16 de Agosto del 2025
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Son muchas las consideradas como la mejor serie de la historia. Podría mencionar unas cuantas: Lost, Los Soprano, The Wire, Breaking Bad, Better Call Saul, Juego de Tronos, entre muchas otras. Hace cosa de dos años finalizó la que podría ser considerada una de las nuevas mejores series de televisión, gracias a la mano de HBO: Succession.

Pero, ¿qué tiene de especial?

Creada por Jesse Armstrong, Succession narra la historia de la familia Roy, un grupo de multimillonarios cuyo padre, Logan —interpretado de forma magistral por Brian Cox—, es un magnate que posee un emporio de medios de comunicación. En su vejez, y temiendo que pueda morir el día menos pensado, decide que uno de sus tres hijos —Kendall (Jeremy Strong), Shiv (Sarah Snook) y Roman (Kieran Culkin)— herede el imperio multimillonario. Es parecido a Juego de Tronos, únicamente sustituyendo a los reyes por magnates y los castillos por rascacielos.

Quizá lo más destacable en lo visual es su forma de estar rodada. La serie usa planos fijos y zooms con cámara en mano, como si fuera un falso documental, recordando a las películas de Sacha Baron Cohen (Borat o Brüno), con un sutil pero muy bien utilizado humor negro. Destaca también una dirección de actores muy cuidada: las interpretaciones tanto de Cox como de Strong, Snook y Culkin son grandiosas, hasta el punto de que en los Emmy compiten entre ellos, desbancando a grandes series. La banda sonora, compuesta por Nicholas Britell, es elegante; su intro pasará a la historia junto con la obertura de Juego de Tronos, Better Call Saul y Woke Up This Morning de Los Soprano, entre otras muchas.

La serie bebe mucho de las tragedias shakesperianas, en este caso de El rey Lear. A su vez, transmite un mensaje claro: mientras que la persona de a pie y de clase media tiene que luchar por un puesto al que nunca llegará —o al que llegará sufriendo—, el rico debe luchar todos los días para mantenerse en su pedestal y evitar que alguien lo desbanque, sin importar si por el camino aplasta o arruina a quien sea. Porque en esta sociedad capitalista no hay nada más despreciable que un multimillonario.

Mientras la ves, en sí puedes pensar dos cosas: la primera, que es la historia de Kendall, que quiere ocupar la silla de CEO y eliminar a su padre por tirano y déspota; la segunda, que es la historia de Logan Roy, que quiere mantener su puesto en la compañía para evitar que los parásitos de sus hijos la arruinen. A su vez, el mensaje sobre la familia está muy presente: los Roy, por mucho dinero, riqueza y poder que tengan, en el fondo están rotos y sin amor.

Succession es una de esas series que con el tiempo se volvió popular, al menos en Estados Unidos. En España casi nadie habla de esta maravilla audiovisual creada por Jesse Armstrong y, al igual que Mr. Robot, es una de esas series que uno debe ver al menos una vez en la vida. Su historia, sus personajes y su sublime guion la hacen única e irrepetible. Si tenéis la oportunidad, no dudaría ni un segundo en verla, especialmente si buscáis una serie a la altura de otras grandes, tanto de HBO como de AMC.

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