Desde que los seres humanos pisamos la Tierra la ley de oferta y demanda
se encuentra presente de manera cotidiana. Alguien ofrece un
determinado útil, bien o servicio y su éxito dependerá del grado de
aceptación que obtenga. Esto sucede a nivel de todos los
sectores, culturales, comerciales, lúdicos, científicos, técnicos,
sociales y políticos. De tal manera que salvo aquellos que han supuesto
un avance irrefutable para la sociedad, esa aceptación ha resultado muy
diversa debido a distintos factores como pueden
ser el descubrimiento de otros más modernos y fáciles de manejar, el
cambio de gustos estéticos y culturales, la forma de pensar, el grado de
obsolescencia que presente cada producto…infinidad de variables que
determinan, insisto, el grado de éxito o fracaso
de aquello que se ofrece.
Hace unos días saltó la noticia de que una editorial va a publicar un
libro escrito por José Bretón, relatando la confesión de los asesinatos.
La idea inicial era sacarlo a la luz ayer veintiséis de marzo, pero
tras la denuncia de la madre y pese a que el juez
no se ha opuesto a su publicación, el libro no ha salido aún a la luz.
No soy jurista y por lo tanto no voy a entrar en las causas por las que
el juzgado no se opone a ello que son evidentemente razones legales. Sin
embargo, este caso tiene un recorrido y unas connotaciones que van
mucho más allá de lo legal por cuestiones obvias.
A quien escribe la idea de escribir sobre estas atrocidades le produce
directamente repugnancia como creo que a la inmensa mayoría de personas.
También que una editorial intente lucrarse sobre ello, igual de lo
mismo. Pero, y aquí está el nudo gordiano de la cuestión, nadie se
embarca en una empresa de la que no espera sacar rédito y este beneficio
no es otro que el libro de marras sea comprado. El
“éxito” o fracaso de su publicación estará en el número de ejemplares
adquiridos. De salir a la luz, espero fervientemente que no se venda ni
uno. Sin embargo siempre existe la duda…una vez más…nosotros mismos.